El consistorio tarraconense sustituirá los centros de reciclaje móviles abiertos por cerradas

El gobierno quiere cambiar los 4 de los 5 centros de reciclaje móviles de la ciudad que no cuentan con la presencia de un educador, que asesora y vigila, y que están abiertas, para unas nuevas y cerradas, a fin de que no se pueda acceder al interior y se tengan que tirar los residuos desde unas aperturas que habrá fuera de los contenedores. El gobierno tomará esta medida porque el hecho de que nadie controle el correcto funcionamiento de estas provoca varios problemas. En primer lugar, según el concejal del área de Limpieza, Jordi Fortuny, «hay personas en torno a los centros de reciclaje que sustraen los residuos y lo remueven todo», de manera que se quedan con lo que les interesa y lo que no lo tiran en vertederos incontrolados, fuera de los contenedores o en otros lugares no habilitados. Estas personas perjudican el buen trabajo llevado a cabo previamente por los ciudadanos y, a la vez, dificultan el trabajo de los operarios de limpieza de FCC, que tienen el «obligación contractual» de separarlo y gestionarlo en la planta de tratamiento correspondiente. Finalmente, también provoca que queden residuos mal puestos dentro de la caja en que, en algunos casos, imposibilitan el paso de los usuarios.

El consistorio, aunque no quiere cambiar el servicio porque «sirve para acercar y facilitar la recogida selectiva de residuos especiales a los ciudadanos», dice Fortuny, sí que contempla sustituir estos centros de reciclaje abiertos sin vigilancia que, además, son muy viejos. Con el fin de hacer este cambio de manera progresiva, el gobierno pidió el pasado mes de julio una subvención a la Agencia de Residuos de la Generalitat de Catalunya y, el mes de diciembre, supieron que recibirían el 100% de financiación para comprar dos centros de reciclaje móviles cerrados. Según el edil de Esquerra Republicana, se está preparando el contrato de suministro y se prevé que salga a licitación durante este 2020.