Naturaleza
El caracol endémico de la Muralla Tarragona puede vivir dos años sin ingerir alimentos
El concejal de Patrimoni, Hermán Pinedo, dice que la URV está interesada en estudiar este molusco que habría llegado de Mallorca en época romana
El caracol endémico de la Muralla puede vivir dos años e, incluso tres, sin ingerir alimentos, informó ayer miércoles Ferran Aguilar, un tarraconense que estudia esta especie desde hace veinticinco años. Aguilar, miembro de la empresa Medigrafic, contratada por el Ayuntamiento para realizar un estudio en profundidad, junto con el biólogo Txiqui López, acompañaron al concejal de Patrimoni, Hermán Pinedo, en una nueva inspección en la Muralla. Pinedo comentó que la URV está interesada en estudiar un caracol que, probablemente, se estableció en la Parte Alta de Tarragona en época romana, proveniente de la isla de Mallorca.
El concejal afirmó que sería positivo hacer un estudio estratigráfico arqueológico, porque «hay muchas posibilidades de encontrar caracoles enterrados». Su localización facilitaría fechar con cierta precisión la llegada a Tarragona. Pinedo remarcó que «el caracol come musgo y líquenes, y no perjudica los sillares».
Tixqui López comentó que la presencia del caracol «es un indicador de contaminación y su localización nos puede permitir saber qué sectores de la Muralla están más expuestos». La mayor parte de la colonia –se han contabilizado cerca de 1.300 ejemplar, muchos recién nacidos– se encuentra en el interior del Passeig Arqueològic y, como curiosidad, apuntó que no hay en el tramo exterior del Portal del Roser ni en la zona del paseo de Sant Antoni. López dijo que la vida del caracol en la Muralla es tranquila, ya que prácticamente no tiene depredadores. Su principal enèmic son los mirlos.
Por otra parte, López comentó que el estudio que se está realizando por encargo del Ayuntamiento «nos permitirá conocer la genética del caracol, hecho que ayudará a saber cuándo se produjo la separación del de Mallorca, aunque estamos hablando de unos dos mil años».
El estudio del ADN puede ser determinante en la investigación, ya que se podría comparar el del caracol de Tarragona con el de las Islas Baleares. En este punto, Ferran Aguilar apuntó que «podemos estar ante una reintroducción histórica», entre otros motivos porque «el sistema constructivo de la Muralla es similar a la de los talayotes, aunque este son más antiguos». Además, indicó que el caracol «sería originario de la isla de Cabrera, aunque también hay en la Bahía de Palma», pero negó que provenga de la Sierra de Tramontana, en el norte de Mallorca.
En la Muralla también se ha encontrado un escorpión de tamaño pequeño, color negro y no venenoso que, según Aguilar, es una especie de la península Ibérica. «Podría ser cossí de uno que hay en las Baleares», dijo. El escorpión vivo en zonas húmedas y en jardines, como uno de la Catedral que siempre está cerrado al público.