De la Riera de Gaià a Torino
Sociedad
«Una parte de mi corazón se ha quedado en la entrañable Torino»
Aida Manzano Vázquez es una rierenca de 22 años que estudia cuarto de carrera de Ciencias Políticas y se ha ido de Erasmus a Italia
Aida Manzano Vázquez es una joven de la Riera de Gaià de 22 años que estudia Ciencia política y gestión pública en la Universidad Autónoma y desde el inicio de este curso ha estado haciendo el Erasmus a la Università degli Studi di Torino, una ciudad en el norte de Italia.
—¿Cómo ha sido su trayectoria profesional hasta ahora?
—Estudié entre la escuela de la Riera de Gaià y el instituto de Altafulla. Una vez acabé el bachillerato me mudé a Barcelona a estudiar Ciencia política y gestión pública a la Universidad Autónoma de Barcelona.
— ¿Qué motivos la llevaron a ir a Torino?
—Fueron muchas las cosas que me llevaron a irme a 870 km de casa a vivir unos meses de mi vida; vivir la experiencia Erasmus que me permitía empezar a descubrir mundo, una forma de vida diferente y a crecer como persona. Desde siempre me había gustado Italia, pais que he tenido la oportunidad de visitar varias veces pero nunca de una forma tan profunda.
—¿Cuál fue su primera impresión al llegar?
—hHabía tenido la oportunidad de visitarla varias veces pero nunca más de una semana. Sabía que las diferencias entre nuestro país e Italia eran pocas, pertenecemos a la cultura del sur del Mediterráneo, pero una vez allí he visto que son más de las que pensaba. Hay un desorden general, una burocracia lenta y pesada, y las normas de conducción... Bastante caóticas, subir al bus para ir a la universidad era una aventura cada día.
—¿Fue muy sorprendente el cambio o fue, más o menos, tal como se lo había imaginado?
—Más o menos era como me lo esperaba, conoces gente de diferentes partes del mundo las cuales hablan idiomas diferentes todas y de alguna manera acabas entendiéndote cómo puedes. Con todas estas personas tendrás cosas en común, gustos y aficiones, siempre tendrás un plan para no aburrirte. Lo que sí que no me esperaba era la universidad, por experiencias de gente que he ido conociendo, te dicen que estudiar es lo que menos se hace y puedo asegurar que, en mi caso, todo locontrario, era una estudiante italiana más y se me exigía lo mismo que en los locales. Favores por ser internacional,ni uno.
—¿Cuáles son las principales diferencias entre Torino y la Riera?
—Las diferencias de vivir fuera de casa han sido pocas porque ya hacía dos años que vivía fuera de la casa familiar, ya sabía más o menos cómo es hacer las tareas domésticas. Pero la diferencia fue que empecé a compartir piso con un chico de Serbia, nuestro idioma de comunicación era el inglés, al principio fue un poco complicado pero a la larga sabia como expresarme en mi lengua materna. Encontré un contraste de cultura, era un chico silencioso y tranquilo que intentaba molestar lo mínimo posible y sus horarios, que eran totalmente diferentes de los míos, cuando yo acababa de merendar él iba a cenar, al principio para mí era un gran contraste pero al final me habitué.
—¿Cuáles son los lugares más característicos de su nueva ciudad de acogida?
—Lo que más me ha gustado de Torino es que es una ciudad bonita y aunque no lo parezca, grande. La «suerte» es que no es demasiado turística y se puede ir tranquilamente a pasear por las calles del centro histórico, ir desde Piazza Castello hasta Piazza Vittorio Veneto por la Vía Po o pasear por Vía Roma de noche eran uno de mis pasatiempos preferidos. Lo que no puede faltar de esta ciudad es tomar un aperitivo a media tarde que se alarga hasta a medianoche, los mejores sitios para hacerlo donde hay un ambiente juvenil es en Piazza Santa Giulia. Los mediodías de los fines de semana que no llovía, el mejor plan era ir al Parco Valentino a tomar el sol y a dar comida (acababa siendo jugar) con las ardillas.
—¿Qué destacaría de la manera de trabajar de Torino?
— El sector comercial es muy parecido al de nuestro país. Pero la burocracia necesaria para hacer cualquier trámite es increíble, al llegar ya sabía que la administración era un poco más lenta que la española pero no me esperaba que fuera tan diferente.
—¿Desde que llegó ha vivido o le ha pasado algo curioso de que no se hubiera imaginado nunca?
—No es una anécdota curiosa, pero me he dado cuenta de que con el poco tiempo que he estado allí me he conocido a mí misma como nunca había hecho, he descubierto que quiero y dónde quiero ir
—¿Qué es lo que más echa de menos de casa?
—Aunque soy una persona muy independiente, había momentos en los cuales echaba de menos a mi familia y mis amigos, tanto del pueblo como de Barcelona, en resumen, a mi gente. Muchos sábados por la mañana cuando me levantaba echaba muy de menos el momento estar en casa y ponerme el fular para ir al centro de ocio del pueblo donde hago de monitora.
—¿Qué costumbre del país actual se llevaría a Cataluña?
—Lo que me llevaría sin duda es la gastronomía, la pizza, la pasta y los dulces, no fui capaz de encontrar un restaurante donde no se comiera bien. Al principio no era demasiado hacen de la cocina Piamontesa pero al final la acabé amando. También importaría a Cataluña la costumbre de comer helado sin importar la temperatura que haga al exterior.
—¿Tiene intención de volver pronto o de momento no?
—Sin duda. Una parte de mi corazón se ha quedado en la entrañable ciudad de Torino y volveré.