Explosión IQOXE
Bonavista pide apoyo psicológico para superar las secuelas de IQOXE
Dolores Reyes: «Cuando oigo un ruido fuerte, como el de un camión de la basura, me pongo nerviosa»
El barrio tarraconense de Bonavista no ha olvidado la explosión del pasado 14 de enero en la empresa química IQOXE, localizada a unos centenares de metros de distancia. El incidente provocó la muerte de tres personas y rompió la normalidad de miles de personas residentes en la zona. Desde la fecha del accidente, muchas personas sufren secuelas psicológicas y, desde entonces, hasta pasadas unas semanas de la explosión, sólo se convocó una reunión en el Centro Cívico en la cual intervinieron dos psicólogas de los Servicios Municipales del Ayuntamiento, según informó a la presidenta de la Associació de Veïns de Bonavista, Loli Gutiérrez. La hora del encuentro, las 12 del mediodía, no contribuyó al hecho de que hubiera una notable presencia de afectados, apuntó Dolores Reyes, a una de las personas que asistieron.
Reyes, una víctima colateral de la explosión en IQOXE, manifestó ayer a esta redacción que «cuando oigo un ruido fuerte, como lo que hace el camión de la basura por la noche, me pongo nerviosa porque lo primero que pienso es que se ha producido otro accidente, ya que en poco tiempo llevamos tres.» «Esta semana se ha producido uno en Barcelona y, al oír la noticia, he revivido todo lo que pasó el 14 de enero», indicó Reyes, quien en el momento de la explosión «me encontraba en casa viendo la televisión y, a causa del accidente, se rompieron dos ventanas del comedor».
Reyes explicó que madres de niños pequeños que sufrieron un importante impacto psicológico por la explosión y que asistieron a la reunión con las psicólogas, «recibieron, como recomendación, que explicaran sus casos al pediatra». En este contexto, la presidenta de la Associació de Veïns de Bonavista, Loli Gutiérrez, explicó el pasado martes a esta redacción que «hay niños que jugaban en el parque cuando tuvo lugar la explosión y vieron la bola de fuego, una visión que no han superado, por lo cual tienen dificultad para dormir». Reyes coincidió con Gutiérrez en el hecho de que «nos sentimos desatendidos».
En opinión de Reyes, «hay gente en el barrio que ha asumido el accidente, porque no es la primera explosión que viven, pero a otros les ha provocado más miedo del que ya tenían».
Reyes considera que las empresas químicas «tendrían que organizar jornadas de puertas abiertas para que la gente sepa cómo funcionan, qué sistemas de seguridad tienen y cómo suenan sus alarmas para tener más información, hecho que nos tranquilizaría.»