Estado de alarma
La Guardia Urbana obliga en una tienda de pollos asados a cerrar
El Entrepernas vendió la mitad del habitual en fin de semana
El propietario de Entrecuixes,una tienda de pollos asados por encargo, Carles Forné, denunciaba ayer que no era «coherente» que él no pudiera abrir su negocio, ya que vende comer. Forné explicó que la Guardia Urbana le permitió acabar el fin de semana para vender los encargos que tenía, pero que tendrá que cerrar a partir del lunes. Él y un trabajador vendían los últimos pollos con una mascarilla por seguridad.
«Si un fin de semana normal y corriente vendo unos 200 pollos, este he vendido 100», lamentaba Forné, que añadía que «no tengo ni sitio para congelar todos los que me han sobrado». «No entiendo que la gente pueda ir a la peluquería y no a comprarme comer», se quejaba.