Rosselló: «En casa tengo seis balcones, salgo y no veo a nadie, todo está desolado»
Este creador de cultura dice que, «como artista, estoy acostumbrado a estar autoconfinado, pero estar confinado obligatoriamente es otra cosa»
El artista tarraconense Josep Maria Rosselló sigue creando en su casa y taller, haciendo a unCap Gros para las Fiestas del Roser, que este año celebrarán el cuadragésimo aniversario. «Como artista, estoy acostumbrado a estar autoconfinado, pero las cosas cambian cuando pasas de estar autoconfinado a confinado obligatoriamente», explicó ayer miércoles a Diari Més. «Sigo trabajando en casa, como siempre, y aunque me gusta salir a la calle y hablar con la gente con la cual me encuentro, ahora no puedo,» explicó, para añadir que «cuando salgo tengo que llevar mascarilla, y como utilizo gafas la cuestión que me planteo ponerme mascarilla o gafas y, por lo tanto, no veo mucho cuando tengo que ir por la calle».
Con relación a la pandemia por coronavirus, Rosselló comentó que «hay momentos en que me preocupo y otros me lo tomo con humor». «Nos enfrentamos a una cosa que desconocemos y tenemos que estar en lo que nos digan los científicos y los médicos: los que somos más mayores tenemos miedo», dijo el pintor, dibujante y diseñador tarraconense.
«En casa tengo seis balcones, salgo y no veo a nadie, el mar, y la sensación es de una desolación total que pone los pelos de punta. Sigo haciendo humor siempre que puedo». Desde su confinamiento, Rosselló no deja de pensar en aquellos ciudadanos que viven en viviendas de reducidas dimensiones, sin vistas al horizonte, sin embargo, sobre todo, «en el complicado que tienen que ser estos momentos que nos ha tocado vivir a la gente que tiene chiquillos, a quién explicas qué está pasando y lo entiende, pero que són niños, y en aquellas personas que no pueden ver a sus familiares».
El Beso, con mascarilla
Preguntado sobre si vivir la pandemia de la COVID-19 lo ha inspirado como artista, Rosselló recordó que, en los primeros días de confinamiento, «cogí una escultura que se llamaEl Beso, le puse una mascarilla e hice una fotografía para enviarla a mis amigos, y también lo he mostrado desde uno de los balcones de casa». Rosselló expresó que, como persona creativa, «trabajo con el recuerdo de las cosas que me vienen a ver y acaban siendo parte de mi obra, los que tendré del coronavirus estarán de alguna manera presentes en la que haga en el futuro». Ahora es el momento del periodista, de explicar qué está pasando, mientras que los literatos escribirán dentro de un tiempo sobre aspectos relacionados con la pandemia, remarcó el artista tarraconense, quien subrayó que «el recuerdo contribuye a la creación». En este contexto, Rosselló dijo que «el único artista que está al día es Antonio López con su Gran Vía, en la que no sale nadie, ninguna persona: es un profeta».
«Desinfecto y pongo orden»
Las largas horas de confinamiento en su domicilio también permiten en Rosselló «desinfectar la casa y poner orden». «Estad tranquilos, que no me subo por las paredes», apuntó sin abandonar su característico humor. Además de desinfectar para luchar contra el virus, Rosselló dedica buena parte de su tiempo de confinamiento a crear «un Cap Gros que me inventé por las Fiestas del Roser y que casi tengo acabado». «Tenía unas piezas que quedaron encantadas, en las que estoy trabajando: todo el estudio está lleno de yeso», dijo. Por este motivo tendrá que dedicar unas horas a poner a punto las herramientas que utiliza en sus creaciones artísticas.
Rosselló ha expuesto su obra en espacios como el Castell de Escornalbou o el Palau Maricel de Sitges, y en ciudades tan diversas como Nueva York, París, Parma, Tánger, Orlando, Lérida o Tarragona, donde tiene buena parte de su obra, como el mural que pintó en el interior del Teatre Tarragona, donde recuerda el paso de Federico García Lorca por la ciudad. Cuando la pandemia sea un recuerdo, es muy probable que el confinamiento en casa se verá expresado en su futura obra.