La restauración reclama a los propietarios de locales que fraccionen el alquiler
El presidente de la AEHTC, Javier Escribano, afirma que el sector sufrirá de lo lindo cuando se supere la pandemia porque la actividad bajará más del 50%
El sector de la restauración de la ciudad de Tarragona está convencido que muchos bares y restaurantes podrían estar condenados a la desaparición por la incidencia negativa que la pandemia por coronavirus tendrá en muchos negocios. A la preocupación existente por la ordenanza de terrazas que está elaborando el Ayuntamiento de Tarragona, que en algunos aspectos los profesionales consideran muy perjudicial, se suman las interrogantes que plantea el día siguiente del levantamiento del estado de alarma por la COVID-19. De entrada, el pago del alquiler de los locales a sus propietarios en unos momentos en que los establecimientos tienen prohibido abrir sus puertas a los clientes, puede dejar víctimas por el camino, según vaticinan desde la Asociación de Empresarios de Hostelería de Tarragona Ciudad (AEHTC).
Javier Escribano, presidente de la citada asociación, manifestó ayer martes en esta redacción que el futuro del sector «es oscuro». El obstáculo más inmediato que quiere superar es el que hace referencia al pago del alquiler de los locales. Escribano explicó que «nos preocupa la falta de comprensión por parte de la gran mayoría de los arrendatarios, a los cuales parece que la crisis provocada por el coronavirus no va con ellos, que no les afecta».
El presidente del AEHTC explicó que los propietarios de bares y restaurantes, de manera muy especial los que hace poco tiempo que han abierto el negocio, «piden una rebaja del precio del alquiler y pagar la diferencia de aquí a diciembre, antes de que acabe este año», cuando el sector se haya recuperado de la crisis sanitaria, al menos en buena parte. «Es incomprensible que no acepten esta propuesta, cuando no se trata de pagar menos sino de hacerlo de forma fraccionada», dijo al representante de este sector económico.
Escribano apuntó que, «en algunos casos», propietarios de locales «han propuesto que la persona que tiene uno alquilado pida un préstamo bancario, cuando no le darán porque no está haciendo ninguningreso económico.» «Todo ha cambiado, pero no dan ninguna facilidad», remarcó.
En este contexto, el presidente de la asociación comentó que «entendemos que el arrendatario tiene que cobrar, pero pensamos que tendría que ser el Estado quien los ayudara, ya que el cierre de los locales y, por lo tanto, de la actividad empresarial, también ha sido por decisión suya». Se protege una economía rentista, lo cual ya está bien, pero se desprotege la economía productiva, la que crea puestos de trabajo directos e indirectas: todo es un poco surrealista», añadió.
Recuperación progresiva
Javier Escribano insistió en el hecho que la situación actual, tanto económica como social, nada tiene que ver con la de hace poco más de un mes, cuando se empezó a plantear la necesidad de evitar espacios con alta concentración de personas y de mantener una distancia de seguridad. El presidente del AEHTC subrayó que «el problema del sector no es ahora, que está cerrado, también lo será cuando se vaya recuperando la normalidad, que será de manera gradual». De un día en el otro «no veremos los bares y restaurantes llenos de gente porque las cosas no estarán como antes, al menos al principio de la recuperación de las situaciones que son habituales». «En el momento que vuelvan a abrir las puertas, se trabajará en función de un tercio de la capacidad y en estas condiciones no se puede pagar todo el coste del alquiler», apuntó.
Escribano comentó también que «cuando volvamos a abrir los establecimientos, trabajaremos un cincuenta por ciento menos a cómo lo hacíamos antes de la crisis sanitaria que todos estamos sufriendo». El representante del sector de la restauración de la ciudad de Tarragona está plenamente convencido del hecho que «este verano será muy flojo y, en el ámbito de la restauración, se tardará un año, como mínimo, para que haya una recuperación económica». «Muchos establecimientos no sobrevivirán, sobre todo los que hace poco tiempo que han abierto y que, en consecuencia, tienen muchas deudas a pagar a causa de la inversión hecha», remarcó. «Nos enfrentamos a un futuro incierto», comentó, sin abandonar un tono de preocupación.
Caída del turismo extranjero
Otro motivo de preocupación del sector es el eventual caída del turismo, de manera más significativa del proveniente de otros países. Escribano prevé que la caída será impactante, del cincuenta por ciento. «En nuestro sector, la temporada de invierno es deficitaria, pero lo que no se ingresa en este periodo se recupera en la de verano», comentó el presidente del AEHTC, quién añadió que «tendríamos que reflexionar sobre el futuro, ya que, después de un invierno muy flojo, incluso semanas sin hacer ningún ingreso, y un verano que esperamos que sea negativo, no sabemos cómo podrá reaccionar la hostelería ni cuándo negocios tendrán que cerrar».
Escribano recordó que un elevado número de turistas extranjeros que visitan Tarragona «provienen de Italia y Gran Bretaña». La crisis sanitaria tendrá una gran afectación en el ámbito del turismo. Mucha gente no viajará a otros países este verano, sobre todo la que vive en zonas especialmente castigadas por la COVID-19. Este es el planteamiento que hace a Escribano, a quien argumenta en este hecho que la actividad bajará en torno al 50 por ciento en la temporada del buen tiempo.