Malestar entre vecinos de la Part Baixa por la conducta de algunos sin techo

El pabellón municipal del Serrallo, está acogiendo actualmente a 50 personas sin techo, ofreciendo así un alojamiento y atención en el contexto de la fase de Alarma por la covid-19. Se trata de una medida de urgencia para atender a personas sin un hogar, que se puso en marcha de manera coordinada por el Ayuntamiento y la Cruz Roja.

Aunque no ha tenido lugar ningún incidente grave, los vecinos de la zona han manifestado su malestar dado que algunos de estos usuarios no están cumpliendo las medidas de seguridad básicas y se han visto personas en grupos por las calles adyacentes al Pabellón.

«Me ha llegado la queja de algunos vecinos que ven pequeños grupos bebiendo en la calle o incluso orinando y eso no lo podemos permitir», explica la presidenta de la Associació de Veïns Belén Hurven que apunta que «existe un cierto malestar al ver que no pasa nada en los casos de las personas que no se están comportando de manera adecuada». Carol M., una vecina de la zona, apunta que «los vecinos no tenemos ningún problema en que este servicio se instale aquí, todas las personas tienen derecho a dormir en un lugar adecuado y pasar el confinamiento seguros, pero lo que no compartimos es que algunos, no todos, puedan deambular durante el día sin cumplir las normas que implica este estado de alarma», explica.

Por su parte, la concejala y presidenta del InstitutMunicipal de Serveis Socials, Carla Aguilar-Cunill, ha manifestado que «seguiremos con la gestión coordinada con la Guardia Urbana con el fin de mantener la convivencia y el buen servicio del equipamiento», y añade que «estamos trabajando para intentar quitan presión al barrio pero de momento esta es la situación». En este sentido, apunta que unas veinte personas ya duermen en pensiones o alojamientos colaboradores para poder distribuirlas en diferentes puntos de la ciudad. Aguilar afirma que «es un equipamiento que está abierto todo el día y en el cual se atienden las necesidades básicas, se da desayuno, comida y cena, se vigila la temperatura de las personas varias veces al día, se limpia la ropa diariamente y se toman todas las medidas de prevención de contagios recomendadas. Las personas que están en este equipamiento tienen las mismas restricciones que el resto de la gente, por lo cual se tiene un control desde guardia urbana».

La presidenta de la entidad del barrio destaca que los vecinos no se quejan del equipamiento, sino del incumplimiento de las medidas como algunos vecinos han documentado en fotografías. «Trasladamos nuestra preocupación a miembros del equipo de Gobierno municipal y esperamos que actúe cuanto antes mejor», añade.

Desde Cruz Roja explican que su gestión es de puertas hacia adentro y que su función no es vigilar qué hacen cuando salen al exterior. Consideran que los infractores son una minoría y que en general la valoración de su comportamiento es buena porque los sin techo están concienciados de la situación. «Es un colectivo complicado de retener y desde Cruz Roja la salida a la calle no la podemos prohibir», dicen. Destacan, sin embargo, que en el interior del pabellón no ha habido ningún conflicto grave. Sobre el hecho denunciado por los vecinos, apuntan que tiene que ser el Ayuntamiento quien ofrezca una solución al respeto.