Ludopatía
«El confinamiento puede favorecer el aumento del juego de azar en línea»
Es especialmente peligroso en el público joven, ya que están más familiarizados con Internet que el perfil de edad más adelantada
«El confinamiento puede favorecer el aumento del juego de azar en línea», afirma el doctor Joaquim Maria Solé, psiquiatra y psicólogo experto en adicciones. Explica, de hecho, que durante estas semanas de confinamiento por la crisis sanitaria causada por la pandemia del coronavirus, ha recibido varias llamadas de padres y madres que, «preocupados, aseguran que han observado cargos en sus cuentas corrientes que han hecho a sus hijos». En este sentido, y después de la alerta de varias asociaciones de exjugadores del aumento de llamadas relacionadas con la ludopatía, el Consejo de Ministros del pasado martes aprobó una medida urgente que limita la publicidad del juego de azar y las apuestas por Internet en la franja horaria de la una a las cinco de la madrugada.
Solé explica que hace 15 años el perfil de adicto era un hombre de entre 34 y 40 años. Ahora en cambio, y a causa del aumento de plataformas de juego de azar en línea, el perfil es también un hombre pero de entre 18 y 25 años de edad. Si bien es cierto que el principal mercado para este perfil es el de las apuestas deportivas, estas han sufrido una fuerte bajada a causa de la cancelación de prácticamente todas las competiciones deportivas. Además, explica Solé, la situación también es favorable para las personas ludópatas de cierta edad y que no están familiarizadas con el juego a través de Internet, ya que los bares, los casinos y los bingos han cerrado por el Estado de Alarma y el juego presencial en estos establecimientos, como son las máquinas tragaperras, la ruleta y el bingo, ha caído del todo.
Lo que más ha aumentado, sobre todo entre los más jóvenes, es el póquer en línea. Solé destaca que «esta publicidad la protagoniza una persona que es campeona de póquer, la cual con muy poca edad ya gana millones de euros y se convierte en un modelo a seguir, ya que la venden como una riqueza accesible y con la ley del mínimo esfuerzo».
El psicólogo tarraconense asegura que «tengo un paciente, de perfil joven, que se ha dedicado a jugar al póquer por Internet con cantidades astronómicas, que ha hecho de eso su profesión, su forma de vida». Solé añade que, «además, eso condiciona el ritmo de vida, principalmentelos horarios, ya que la franja horaria de las partidas suele ser nocturna».
Solé habla del modelo de los juegos para niños. «No todos tienen una parte negativa, pero la mayoría siguen un modelo competitivo, en el cual puedes comprar vidas para seguir jugando, puedes comprar armas, potencia, es decir, que si quieres tener una ventaja, tienes que pagar». «Es el mismo modelo», añade, «tienes que pagar o apostar por conseguir más. Y eso lo traspasas al juego de azar en línea, es una manera de centrar la vida de la persona en torno al juego».
«La situación del confinamiento hace más difícil la gestión de las emociones», sostiene el psicólogo, «lo que provoca una cierta dificultad en el autocontrol de los mismos impulsos, en la gestión del tiempo, y el malestar a nivel cognitivo puede provocar que la persona acabe jugando para relajarse, para distraerse».
Solé defiende que la situación será positiva entre aquellas personas, de edad más avanzada, que no están familiarizadas o no tienen el hábito de jugar por Internet. «Para aquellas personas que van al bar y tiran monedas a las tragaperras, la frecuencia bajará hasta ser cero». Con respecto a este perfil, Solé dice que hay dos posibilidades cuando vuelva la normalidad. «Por un lado, las personas que lo tienen como un hábito pero que no llega a la ludopatía, quizás ya no vuelven a apostar, porque han roto con la rutina. En cambio, las personas con ludopatía y dependencia al juego, puede ser que la tensión acumulada estos días haga que vuelvan con la compulsión de jugar otra vez», asegura, remarcando que son especulaciones. Destaca también que «este Estado de Alarma está teniendo un impacto económico muy importante en muchas familias».
No obstante, el problema principal estos días recae en los perfiles de consumidores más jóvenes, los cuales están más familiarizados con Internet. «El problema es la accesibilidad, el tiempo sin límite, sin trabajo ni escuela, es mucho tiempo libre para algunos», asegura, finalmente, al doctor Solé.