Càritas y restauradores de Tarragona empiezan una campaña de recogida de alimentos
La entidad alerta que la crisis de la covid-19 socialmente será más grave que la del 2008
«Cuando se levante el confinamiento tendremos un crecimiento de familias en dificultades, muchas con chiquillos, pero también recién llegadas que llevan menos de un año aquí», concreta Cervantes. Por todo, considera que desde Càritas y otras entidades sociales se tienen que preparar y tener la despensa llena para que los alimentos básicos no falten». Y la despensa de Càritas empieza a vaciarse. «Los alimentos que tenemos vienen de la Unión Europea, del Banco de Alimentos, de recaudaciones y de donaciones», concreta. Las dos últimas fuentes de entrada son las que cojean a causa del estado de alarma. Con las donaciones de particulares, y también de algunos supermercados que se han adherido, esperan poder llegar a todo el mundo.
El incremento de personas con necesidades básicas ya se empieza a percibir, según la responsable de Càritas. Especialmente «en personas que tenían ingresos y ya no tienen», ya sea porque han perdido el trabajo, se les ha acabado la prestación de desempleo, no pueden empezar a trabajar en la temporada turística o porque no pueden hacer las actividades de economía sumergida que les permitían salir adelante. Cervantes también pone el foco en las personas que están pendientes de cobrar el paro, pero que quizás no lo harán hasta mayo. «Las familias no están acostumbradas a estar uno o dos meses sin cobrar. Van al día, no tienen un rincón con ahorros», explica.
Cervantes confía en que, con una situación de crisis tan general, todo el mundo sea consciente de la vulnerabilidad en la cual está expuesta. También hace un llamamiento a personas que puedan hacer voluntariado. «Los que tenemos, mayoritariamente son personas mayores, y por el coronavirus son vulnerables y ahora no pueden salir de casa para ayudarnos», afirma.