Un tarraconense espera avión para viajar al Paraguay y establecerse con la familia
Modesto Pallejà, su esposa y los dos hijos tenían que desplazarse al país sudamericano el 18 de marzo, pero el presidente del país cerró la frontera
Una diferencia de once horas hizo que el tarraconense Modesto Pallejà, su esposa Yeni Castillo y sus hijos Irene, de 13 años, y Àlex, de 10, no pudieran viajar al Paraguay, de donde es originaria la mujer. La familia ha decidido instalarse en la ciudad de Luque, antigua capital del país y localizada a un puñado de kilómetros de distancia de Asunción. Hacía meses que esta familia de Torreforta había planificado el desplazamiento y la posterior residencia en Paraguay.
Todo se torció el 17 de marzo, pocas horas antes que la familia volara hacia el país sudamericano y establecer su nueva residencia. El vuelo se frustró de manera inesperada.
Pallejà, persona muy conocida en Torreforta y vinculada al movimiento vecinal, explicó a esta redacción que a las 20 horas de aquel día la compañía confirmó el vuelo a las 11 de la mañana del 18 de marzo. En este intervalo, el presidente del Paraguay, Mario Abdo Benítez anunció que a las 24 horas del día 17 cerraba las fronteras del país a consecuencia de la pandemia por coronavirus.
«De repente, yo tenía prohibida la entrada al país mientras que mi mujer sí que podía viajar, aunque se quedó en Tarragona, con los dos hijos y las nueve maletas que teníamos preparadas», explicó Pallejà, quién durante años presidió la Associació de Veïns de la Plaça Primer de Maig y hasta hace unos días ha reivindicado la mejora de la biblioteca pública de Torreforta, se encontraba en una situación inédita. Todo preparado para ir a residir a otro país con su familia y encontrarse con la inesperada prohibición de entrar en lo mismo.
En la calle, sin saber qué hacer
La noticia le llegó cuando ya se encontraba en el aeropuerto del Prat. «De repente, me encontré en la calle, sin saber qué hacer, ya que mi piso de Torreforta lo había alquilado y, lógicamente, no podía volver». Además, «desconocía cuándo el presidente del Paraguay volvería a abrir las fronteras a las personas extranjeras, hecho que ahora sabemos que sucederá el próximo domingo, día 12 de abril, pero todavía no sé si podremos hacer el viaje o tendremos que esperar unos días más».
Pallejà apuntó que la desagradable experiencia que está viviendo también ha tenido un lado positivo. «Gracias a un amigo que se ha marchado a vivir a la segunda residencia a causa del coronavirus y me ha dejado su casa no estoy en la calle». Pallejà bromeó al decir que «después de vivir 56 años en un barrio, ahora que me marcho a vivir a otro país estoy residiendo en el centro de Tarragona».
Sin solución
Con un equipaje de gran envergadura y los billetes de avión en la mano, pero sin poder volar, Pallejà tuvo que buscar una salida razonable a una situación impensable en que se encontró sin querer. «En el aeropuerto, agentes de los Mossos d'Esquadra a los cuales expliqué el caso me facilitaron un teléfono de Servicios Sociales, donde no sólo no solucionaron nada sino que dijeron que me buscara la vida».
«No les pedía dinero, sólo un sitio donde poder estar con la familia hasta el día que pudiera viajar a Paraguay», recalcó. El paso siguiente fue ponerse en contacto con el consulado del Paraguay en Barcelona. «Me apuntaron en una lista de espera, pero no me supieron decir cuándo habría un avión disponible para hacer el desplazamiento a la ciudad de Luque». Este avión podría salir el próximo domingo, pero «hasta ahora sabemos cuándo habrá disponibles», dijo Pallejà, quién añadió que «hay muchos trabajadores paraguayos que se han quedado sin trabajo y que también han pedido volver a su país de origen». «Han pedido ser repatriados y, por lo tanto, desconozco cuándo podré viajar con mi familia», remarcó este tarraconense que cuenta las horas que faltan para que se acabe una aventura no buscada.
Pallejà también se puso en contacto con el Ayuntamiento de Tarragona. «La respuesta fue que no me podía ayudar», comentó. Pallejà apuntó que «en los años que he estado vinculado al movimiento vecinal he ayudado a mucha gente, incluso he participado como mediador con el Ayuntamiento, pero en este caso me han dado la espalda».