Diari Més

Estado de Alarma

La actividad no esencial de la industria y la construcción se reactiva en Tarragona

El secretario de Construcción de CCOO, Manuel León, dice que ya han detectado casos de incumplimiento de la ley de riesgos laborales que denunciarán

Imagen de la entrada de la planta de Bic Graphic, en el polígono Entrevías de Tarragona, donde unos 250 trabajadores volvieron ayer a la actividad con unas medidas de protección todavía más drásticas.

La actividad no esencial de la industria y la construcción se reactiva en TarragonaOlívia Molet

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Cerca de un millón de catalanes volvieron ayer al trabajo después de que el gobierno de Pedro Sánchez decidiera poner punto final al confinamiento total que sólo permitía trabajar los servicios esenciales. De esta manera, los sectores de la industria y la construcción, principalmente, reactivaron ayer su actividad bajo la atenta mirada de los sindicatos, que ya advirtieron que velarán para que todas las empresas cumplan los protocolos de seguridad para evitar que el coronavirus se propague entre los trabajadores. De hecho, algunos sindicatos aseguraron a DiariMés que ya han observado algunas actitudes empresariales que llevarán a Inspección de Trabajo.

Unos 260 trabajadores volvieron al trabajo ayer en Bic Graphic, con sede en el polígono Entrevías de Tarragona. Según fuentes de la empresa, esta ha aumentado las medidas de seguridad entre la plantilla con el fin de evitar que esta es contagie de coronavirus. Para empezar, en la planta trabajan en tres turnos diferentes, siempre con los mismos compañeros, para minimizar el riesgo de contagio. En segundo lugar, la compañía ha adaptado una normativa estricta del uso del comedor de las instalaciones, que será de grupos pequeños. También han restringido al mínimo el contacto físico entre el personal, como con la prohibición de saludarse sin mantener la distancia de seguridad, y la dirección ha sugerido a los trabajadores que vengan con la ropa del trabajo desde casa. Asimismo, Bic Graphic ha aumentado, todavía más, la limpieza de espacios como el comedor, los vestuarios y las zonas comunes de las instalaciones, de la misma manera que ha colocado dispensadores de gel desinfectante en varios puntos de la planta.

Además, los trabajadores son sometidos a un control de la temperatura corporal al entrar al trabajo, para asegurar que no tienen fiebre, uno de los síntomas más característicos del coronavirus. También se han distribuido mascarillas, que se han convertido en obligatorias por aquellos trabajadores que se tengan que desplazar o tengan que interactuar con otros compañeros pero que la empresa recomienda que se utilicen también el resto del tiempo, mientras que verifica constantemente el cumplimiento de la distancia de seguridad.

Por aquellos casos que esta distancia no se pueda cumplir, la compañía ha instalado barreras de metacrilato y también ha suspendido las visitas y trabajos de empresas subcontratadas que no sean imprescindibles para la actividad que desarrollan. Finalmente, todos aquellos trabajadores de Bic Graphic que su presencia física no sea imprescindible para la producción hacen teletrabajo y las reuniones se hacen de manera virtual.

Otras empresas del sector de la industria también volvieron a la actividad, como es el caso de Tecnolama, en Reus, también con cerca de 250 trabajadores, así como aquellas compañías del polígono Riuclar, muchas de las cuales lo han hecho a medio gas. Muchas con persianas bajadas y otros entreabiertas, porque permiten la entrada y salida de trabajadores pero no de clientes. Las medidas de seguridad son evidentes en todas. Guantes, mascarillas e incluso botellas de desinfectante de manos en la entrada. Entre las que funcionan con más normalidad hay que no permiten más de un cliente en el interior de la nave, mientras que el resto hacen cola en el exterior.

Es también el caso de Perelló Motors, un taller de Reus. Su propietario, Jordi Perelló, ha tenido que hacer un ERTE a los dos trabajadores que tenía contratados y explica que, desde que se decretó el Estado de Alarma, «sólo he hecho 5 coches. De un día para el otro, el trabajo cayó en un 90%, y así hasta ahora. La facturación ha sido prácticamente cero», lamenta Perelló.

El mecánico, sin embargo, explica que él no tuvo que cerrar a causa del confinamiento total. «Cuando empezó todo eso, tenía permiso para reparar vehículos de la gente que los necesitaba para ir a trabajar», explica, y apunta que «con el confinamiento total lo mismo, aunque el volumen de trabajadores disminuyó considerablemente y, por lo tanto, menos posibilitados de tener clientes». Ahora ha vuelto al punto inicial, pero asegura que no hay trabajo. A pesar de estar solo en el taller, Perelló explica que, como medida de seguridad, «cada vez que entra un coche desinfecto el volante y las palancas de las marchas y del freno de mano y, además, dejo las puertas del coche abiertas y hasta al cabode 10 o 15 minutos no entro». Finalmente, el mecánico explica que está esperando un esterilizador de ozono que compró para desinfectar mejor el interior de los vehículos.

El sector de la construcción también volvió ayer a la actividad, con las obras no esenciales que se detuvieron hace dos semanas en cumplimiento con la orden de confinamiento total. Fuentes del gobierno español confirmaron que las obras del túnel del Coll de l'Illa, correspondientes a la A-27 entre Valls y Montblanc, se reanudaban de forma inmediata. En el puerto de Tarragona, las constructoras también emprender la actividad de diferentes actuaciones que quedaron congeladas, según fuentes de la institución. Son las rehabilitaciones del antiguo edificio de la Autoridad Portuaria y del Museu del Port, las del edificio de los estibadores, las del vial interior del Moll de la Química y el desdoblamiento de la vía ferroviaria en el Moll de Castella.

También se irán recuperando las tareas de señalización de las intersecciones especiales de la red vial y las de los pórticos de control de gálibo en el Moll de la Química. Las obras esenciales continúan tal como estaban: los trabajos de dragado y aportación de arenas a la playa de la Pineda –en licitación; la reconstrucción del espigón del Racó –pendiente de la mesa de compras para abrir la oferta económica y hacer la propuesta de adjudicación; el Moll de Baleares –pendiente del inicio de obras– y la ampliación de la red de fibra óptica –en ejecución.

Por otra parte, la Dirección General de Costas del Ministerio para la Transición Ecológica mantiene parada la reparación urgente de los estragos que el temporal Gloria causó en la demarcación. Las actuaciones incluían reparar el istmo del Trabucador, reforzar la barra de la isla de Buda o restaurar los espacios costeros de los términos de Deltebre y la Ampolla, así como varias playas de la Costa Daurada, espacios de dominio público y tramos del GR-92, entre otros. La previsión es que se puedan reprender entre el 20 de abril y final de mes.

Finalmente, fuentes del Departamentde Justícia han confirmado que se mantiene el aplazamiento de la construcción del Centre PenitenciariObert de Tarragona, que estaba previsto que abriera puertas el verano del próximo año. El Departamentdecidió suspender transitoriamente esta y ocho actuaciones más por todo el país para evitar cualquier actividad y facilitar el confinamiento. La previsión es que los trabajos se reanuden después de la emergencia sanitaria.

Por su parte, el secretario de Construcción de CCOO en Tarragona, Manuel León, explicó el pasado lunes en esta redacción que estarían atentos a que las empresas cumplieran con los protocolos de seguridad para evitar el contagio de coronavirus entre los trabajadores. León explica que han recibido quejas puntuales de trabajadores que dicen que su compañía no están garantizando las medidas de seguridad.

De hecho, asegura que un trabajador de una constructora se puso en contacto con él mediante un canal de consulta del sindicato y le explicó que, al ir al trabajo, la empresa le dijo que no tenían el equipo de protección individual para él y que si quería podía trabajar sin protegerse o irse a casa. León acusa a la empresa de «presionar al trabajador» y considera que es una actitud que merece ser denunciada a Inspección de Trabajo.

«Cuando tengamos más información sobre este caso pondremos la denuncia y no creemos que sea la única», asegura León, que añade que «la ley de riesgos laborales deja muy claro que la empresa tiene que tomar todas las medidas de seguridad necesarias para que el trabajador pueda desarrollar su trabajo protegido».

Operarios de una empresa de construcción realizando ayer tareas en una casa de Reus.

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Un camión de una empresa que ha devuelto a la actividad en el polígono Agro-Reos, en el Baix Camp.

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Jordi Perelló, que ha tenido que hacer un ERTE a dos trabajadores, trabajando a solas en su taller de Reus

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