Estado de alarma
Martín: «Estamos a segunda línea, también somos importantes para la sociedad»
Los trabajadores de la limpieza de Tarragona apelan a la unión entre ellos y la ciudadanía para mantener las calles limpias
«Estamos haciendo servicios mínimos y buscamos evitar que muchos trabajadores tengan que estar cerca mientras hacen trabajo y eso se consigue con la unión entre nosotros y la ciudadanía», defensa Ángel Martín, presidente del Comité de Empresa de FCC, la compañía encargada de la limpieza a Tarragona, y secretario general de Saneamiento Urbano de UGT en Tarragona.
Martín explica que desde que empezó la crisis sanitaria vieron que era necesario crear un protocolo a la empresa con el fin de proteger a los más de 370 trabajadores y decidieron hacer turnos de trabajo escalonados. «Durante el confinamiento las calles no están tan sucias y decidimos que fuera el mínimo de trabajadores posibles los que tuvieran que estar juntos y hemos hecho que unos estén de guardia y se vayan volviendo. Además todos tienen equipos de protección individual y, por suerte, ningún trabajador se ha contagiado», celebra el sindicalista.
En esta línea, Martín reivindica que «cada mañana, tarde y noche hay recogida de todas las fracciones de basura y cada día se limpian las calles. Además, también diariamente, salen seis máquinas duales con tres operarios cada una a desinfectar, mañana, tarde y noche, hospitales, farmacias, supermercados e islas de contenedores», recalca Martín, que dice que son los espacios más concurridos estos días y, añade, que «también se desinfectan las calles, una semana en Tarragona ciudad, una semana en los barrios».
El presidente del Comité de Empresa de FCC quiere responder de esta manera a las quejas recibimientos los últimos días con respecto a la limpieza de las calles de la ciudad. Explica que «hay una brigada de ocho operarios que se dedican a barrer las calles cuando llegan estas quejas, por parte de vecinos o de entidades». Además, dice también que tres veces al día pasan 4 «baúles» a recoger muebles y otros elementos, que recuerda que está prohibido tirarles durante estos días, a fin de que los camiones que pasan después no tengan dificultades a la hora de recoger los contenedores.
«Lo que no puede ser –lamenta Martín- es que si tenemos que estar en casa, aparezcan islas de contenedores llenas de muebles y otros trastos, y pidamos a la ciudadanía que nos ayuden, que si estamos unidos mantendremos una ciudad limpia». Y añade: «Tampoco puede ser que en los entornos de los supermercados, por ejemplo, haya mascarillas y guantes tirados por el suelo, que además expone en que el trabajador que lo tiene que recoger se pueda contagiar», lamenta el trabajador de FCC, que recuerda que «aunque llevamos EPI corremos el riesgo y si lo tiramos en la papelera, este riesgo desaparece» y reconoce que «se trata de una minoría de la ciudadanía». «Los sanitarios están a primera línea, pero nosotros estamos un una segunda línea y también somos muy importantes para la sociedad», finaliza Martín.
Para acabar, el sindicalista de UGT asegura que los comités de la empresa en el ámbito estatal han iniciado una donación de 6 euros cada trabajador en el Banco de Alimentos y la empresa pondrá de su parte todo lo que recauden al personal, doblando de esta manera la cantidad conseguida.