Estado de Alarma
Àngels Dronda: «Nadie se quedará sin su mascarilla gratuita»
Las farmacias soportan de nuevo una gran afluencia de clientes el segundo día de reparto y el sistema informático de recetas se vuelve a colapsar
«No lo entiendo, pero hoy ha continuado la afluencia masiva de gente en las farmacias para adquirir la mascarilla», lamenta Àngels Dronda, propietaria de la Farmacia Dronda de la calle Vidal i Barraquer de Tarragona. La farmacéutica remarca que «nadie se quedará sin su mascarilla gratuita». De hecho, distribuirlas a través del sistema electrónico de recetas garantiza que todo el mundo disponga de la unidad que le corresponde, pero ayer, nuevamente, se colapsó ante la avalancha de demandas, y mucha gente se tuvo que marchar a su casa sin su mascarilla o, lo que es peor, sin el medicamento que necesitaba urgentemente. En el mejor de los casos acabaron adquiriendo el producto pero después de largas colas bajo la lluvia.
«Creo que hay mucha desinformación, piensan que, si no cogen su mascarilla gratuita esta semana, se quedarán sin», señala Dronda. «Además, la gente está muy irritable a causa del confinamiento y sientes como discuten fuera mientras hacen cola, y a nosotros también nos sabe mal», añade la farmacéutica tarraconense. Dronda considera que este sistema de distribución por medio de la tarjeta sanitaria hace que el reparto sea «más equitativo» y «más seguro, ya que va acompañado de las instrucciones de los profesionales».
La farmacéutica relata que a primera hora de la mañana funcionaba todo bien, pero que hacia las 10 ha empezado a fallar y «a las 12 horas, la calle estaba llena de gente haciendo cola, parecía la Rambla Novaantes de confinamiento». «Nosotros hemos intentado mantener la calma en todo momento pero la gente tiene que entender que por una mascarilla no tienen que romper el confinamiento», reconoce Dronda, añadiendo que «apelamos a la generosidad y altruismo de los clientes, les preguntamos si realmente la necesitan y todos nos dicen que sí, pero claro está, no podemos hacer de policías».
Quien también tuvo que atender a una gran cantidad de clientes durante toda la mañana fue Pilar Miró, de la Farmacia Miró de la Canonja. «Hoy el sistema ha ido peor que ayer», lamentaba a la farmacéutica, que reconocía que «ha sido bastante desesperante trabajar así por segundo día consecutivo». Miró esperaba que funcionara mejor que ayer y apunta que mucha gente estaba descontenta. Con respecto a la idoneidad de la manera de distribuir las mascarillas, Miró defendió que «es más fácil de entender que te digan que no hay mascarillas a que te digan que no te pueden dar nada, ni mascarilla ni medicamentos».
La farmacéutica de la Canonja aseguraba que las colas fueron permanentes durante toda la mañana en las puertas del establecimiento y que incluso voluntarios de Protección Civil advertían a los clientes que esperaban que el sistema no funcionaba, pero muchos seguían esperando porque necesitaban algún medicamento.
Finalmente, una trabajadora de la Farmacia Fullana de la calle Colom de Tarragona también lamentaba que el sistema electrónico hubiera caído nuevamente. «Al principio funcionaba perfectamente, pero hacia las 12 del mediodía ha vuelto a colapsarse», relataba la farmacéutica, que señaló que mucha gente decidió marcharse al ver aquella situación.