Ni riadas de gente, ni libros, ni rosas: la Rambla Nueva de Tarragona, vacía por Sant Jordi
La crisis del coronavirus traslada la celebración de la festividad a las redes, con la vista puesta en julio
La poca gente que hay en la calle sale o vuelve de comprar. Delante de un quiosco un grupo de personas hace cola, manteniendo las distancias, para conseguir el diario del día y, en algunos casos, también algún libro. «Rosas no vendemos», advierte el quiosquero a uno de los clientes.
Mientras tanto, una chica reparte rosas con una moto roja arriba y abajo de la Rambla. Lleva un cesto entre los pies que se va vaciando a medida que completa los pedidos que se han hecho previamente por teléfono.
Las librerías también tienen la persiana bajada. En la misma rambla, el Adserà deja ver en el escaparate los últimos libros publicados, que estos días sólo vende a domicilio. Unas calles más allá, la Capona y el Abacus también se mantienen cerrados. Algunos balcones -más bien pocos- compensan la falta de color a las calles y este jueves muestran rosas, banderas, pancartas y dragones pintados.
Este año las iniciativas se han trasladado a las redes. La Casa de las Letras, por ejemplo, mujer voz a los autores que se han quedado sin la tradicional firma de ejemplares a pie de calle. Los centros cívicos llaman a compartir lecturas y el Ayuntamiento pide compartir en las redes los libros preferidos. La Diputación y el Puerto de Tarragona también organizan actividades y concursos.