Salud
El equipo de pediatría del Hospital Joan XXIII se adapta frente al COVID-19
Los menores con síntomas de COVID-19 se trasladan a la cuarta planta para evitar la convivencia con otros casos atendidos por el equipo de urgencias
El Coronavirus tiene, afortunadamente, una afectación mínima entre los menores de catorce años. Los casos confirmados como positivos por COVID-19 no superan los veinte, en la demarcación de Tarragona según el Departamentde Salut. Contabilizados, hay 4 casos de menores de 9 años que han dado un resultado positivo.
Sin embargo, estos son únicamente los casos confirmados pero se desconocen los datos reales de niños afectados. También hay niños asintomáticos, que, como han detallado los expertos, pueden tener un papel importante en la transmisión de la enfermedad.
Esta pandemia ha obligado a los sanitarios a adaptarse rápidamente a la situación. Y en el caso del Servicio de Pediatría del Hospital Joan XXIII tuvieron que trasladar su servicio al espacio de Cirugía Mayor Ambulatoria (CMA) para ampliar el espacio dedicado a las urgencias de los adultos y permitir así, atender a más pacientes.
Esther Castellarnau, Jefa del Servicio de Pediatría del Hospital Joan XXIII asegura que «para facilitar las urgencias de los adultos, nos tuvimos que mover rápidamente, trasladando camas y equipos, supuso un gran esfuerzo pero entre todos lo pudimos hacer», detalla.
Sin embargo, los menores que llegan al hospital con posibles síntomas de COVID-19 se trasladan a la cuarta planta del Hospital, con el fin de poder aislarlos y evitar así cualquier contacto con otros casos de urgencia en los menores. Castellarnau asegura que la adaptación ha sido rápida y a pesar de tengan que llevar mascarilla y tomar las medidas de seguridad establecidas por el Departamentde Salut en los centros, eso no les limita el trabajo ni tampoco la comunicación con los menores y sus familias. «Todo el equipo somos muy expresivos y sí, llevamos mascarilla, pero eso no interfiere en nuestra manera de hacer», explica.
Todas las medidas de seguridad se toman de manera rigurosa y las familias que visitan el servicio «entienden perfectamente la situación a la que nos hemos tenido que adaptar, añade. El equipo de urgencias de Pediatría sabe actuar rápidamente, según explica Castellarnau. De hecho, la capacidad de reacción ya la pusieron a prueba hace tres años cuando se sufrió el brote de enterovirus que afectó a menores de seis años y donde se dieron casos graves. La UCI Pediátrica del Hospital atendió 287 casos en 2019 y 165 en 2018.
Castellarnau destaca la capacidad de los profesionales de hacer frente a la situación y apunta que «tenemos siempre presente el trabajo en equipo, en general son profesionales jóvenes que tienen mucho entusiasmo y motivación por los niños y por la pediatría, y destacaría que tienen un alta capacidad de adaptación al cambio», describe, orgullosa del equipo.
Las familias que visitan este servicio durante estos días lo hacen con un plus de incertidumbre ante la situación que estamos viviendo pero dentro de la situación, en el hospital encontrarán normalidad. «Las familias en general se marchan muy agradecidas, pero en realidad no ahora sino siempre» y cree que el reconocimiento más importante que tienen es «cuando nos dan las gracias antes de marcharse por la puerta».
El equipo compartió un vídeo ayer a través de las redes sociales con dibujos de Sant Jordi y del equipo del servicio con el fin de motivar y mostrar su trabajo.