Sintecho de Tarragona obtienen trabajo en plena crisis del coronavirus
La Cruz Roja ayuda a las personas que están viviendo en el pabellón del Serrallo
De la cincuentena que duermen en el pabellón, cinco ya han encontrado trabajo. En este caso ha sido a través de contactos de uno de ellos, pero la organización les ha dado apoyo, ropa y comida. Se marchan este domingo hacia Lleida donde se incorporarán a la campaña de fruta. La entidad también está en conversaciones con Unió de Pagesos y un geriátrico para intentar insertar laboralmente seis personas más en los próximos días.
Uno de ellos es René, que los últimos años ya ha trabajado de temporero en Lleida y Aragón, de abril a septiembre. El resto de meses vivía en Barcelona, donde hacía de pintor de oficinas y de transportista de muebles. La crisis del coronavirus le cogió viviendo en una pensión en Vilafranca del Penedès, que tuvo que cerrar, con lo cual se quedó en la calle. «Decidí venir a Tarragona y me dijeron que había lugar para dormir en el pabellón. Nos duchamos con agua caliente, comemos decentemente y la gente nos trata muy bien. Y ahora, además, tengo trabajo», comenta con alegría y esperanza. Aunque trabajarán en Fraga (Baix Cinca) se marchan primero a Lleida. El transporte hasta allí lo asumirán los servicios sociales municipales, y la organización humanitaria los facilita comer por|para quince días -cuándo cobrarán el primer sueldo- y ropa para trabajar en el campo.
Son dos de los primeros cinco sintecho que han encontrado trabajo en pleno confinamiento. Desde Cruz Roja Tarragona, que gestiona el albergue del pabellón, esperan que la semana que viene puedan ser más. «Detectamos que había perfiles que podían estar trabajando y decidimos que vendría una vez por semana para orientarlos», indica Marta Flores, técnica del departamento de empleo de la entidad.
Flores señala que algunos de los alojados trabajaban en el sector de la hostelería y que, en previsión que los establecimientos no puedan abrir hasta de aquí unas semanas, están buscando alternativas. «Ahora tienen la seguridad de donde dormirán y comerán. Creo que es una buena oportunidad para ellos porque pueden dedicarse a buscar trabajo. Si encuentran aprovechando este desastre que hay ahora, a partir del mes siguiente se podrán pagar un alquiler», razona la técnica.
Desde la organización afirman que únicamente un 20% de las personas que duermen en el pabellón viven habitualmente -en algún caso incluso por decisión propia- en la calle. El resto están en una situación de precariedad transitoria, ya sea por diferentes cuestiones o porque han sufrido de primera mano la crisis de la covid-19.