Estado de Alarma
Los hoteles y restaurantes afrontan con incertidumbre las fases de reapertura
El sector pide protocolos de seguridad «claros y específicos» para recuperar a los clientes y duda si el aforo ahogará ciertos negocios
El plan de desescalada anunciado por el gobierno estatal deja más interrogantes que respuestas en el sector hotelero y el de la restauración, un motor importante en el territorio y que, ya desde el próximo lunes pero más intensamente a partir de lo 11 mayo, afronta la reapertura de negocios «sin tener claros los protocolos ni si tendremos que comprar material y productos de seguridad y desinfección, donde y de qué tipo». Preocupa si la población «perderá el miedo enseguida o si, aunque nosotros podamos funcionar y lo hagamos con máximas garantías, los clientes no vendrán», y si las limitaciones de aforos y servicios que las diferentes fases establecen «permitirán que los negocios sean rentables o bien los arrastrarán a cerrar antes del invierno». Los empresarios «firmaríamos para finalizar el año a cero y olvidarlo sin más repercusiones» y ponen la vista en marzo de2021: «Si llegamos, la situación será otra y casi ya podremos decir que nos hemos salvado», explica Javier Escribano, presidente de la Associació d’Empresaris d’Hostaleria de Tarragona Ciutat (AEHTC).
Su punto de vista destaca por optimista en las puertas de un verano que se plantea económicamente más que complicado. «La hostelería tiene que ver la desescalada como una opción para perder menos dinero», apunta, y anima a los propietarios de los establecimientos a «tener paciencia y ver el vaso medio lleno» porque «hace poco días, nos pensábamos que no volveríamos hasta diciembre». Bares y restaurantes podrán reactivarse el 4 de mayo para elaborar y entregar comida para llevar. A partir del 11 de mayo estará permitido el consumo en las terrazas, sólo con el 30% de las mesas. «Lo que nos proponen es opcional», precisa Escribano, que dice que «abriremos si queremos, no es obligado».
Ampliar la terraza en Tarragona
A pesar de que «a las personas que lleven ellas mismas su bar, les puede salir mejor que estar encerrados, el hecho es que «el negocio medio de Tarragona, un autónomo tiene de 4 a 10 trabajadores, no». Por eso, la previsión es que «la mayoría de establecimientos se reenganchen en la última fase». En este tramo de que el presidente de la AEHTC habla, se podrán ocupar las barras garantizando la distancia, los locales podrán llenar la mitad de la capacidad y las terrazas, también un 50%. Escribano celebra que el proceso de desescalada «afecta a unos meses del año donde trabajábamos bien pero que no es el verano» y valora que «se tiene que evitar un rebrote es la prioridad y que no queremos tener que cerrar de nuevo en pleno agosto o julio».
De la opción de ganar metros de terraza, apunta que «hemos trasladado la petición al alcalde de Tarragona, que se ha mostrado a favor.» «Dos mesas más pueden ser una nómina», concreta. El colectivo, con todo, no ve con buenos ojos la instalación de mamparas u otros sistemas fijos porque «no sabemos cuánto tiempo serán útiles» y «esperamos que haya especificaciones de distancia entre las mesas». «Que nos digan ahora lo que tendremos que hacer en un mes, quizás no tiene sentido», apunta Escribano, que avisa de que «si nos piden cualquier cosa, tienen que asegurar que haya abastecimiento» y se pregunta «quién controlará los aforos». La AEHTC pide «que los ERTE se puedan prorrogar hasta marzo del2021 o ser intermitentes en función de las necesidades». Hace falta «que se pueda poner el sector en coma inducido o, si no, cuando realmente vamos a abrir, no habrá sector», concluye.
No a un turismo de confinamiento
Desde la Federació Empresarial d’Hostaleria i Turisme de la provincia de Tarragona (FEHT), el portavoz Xavier Guardià expresa que «l primero que pedimos son protocolos específicos para cada tipo de empresa y que estén homologados a nivel europeo». «Queremos saber qué tenemos que hacer y como hacerlo y, si no estamos en consonancia con otros países, es posible que las personas que vengan aquí no tengan confianza». El plan de desescalada contempla una reapertura sin zonas comunes a partir del 11 de mayo, cosa que «es difícil y nos sorprende, no es rentable para nosotros ni tampoco cómodo para los clientes». Guardià pide que «no se nos pida hacer un turismo de confinamiento» y se pregunta «¿cómo puede funcionar un hotel de la costa, turístico, donde caben 700 personas pero que ahora no sirve comidas, que no abre las piscinas ni las terrazas?»o «¿cómo lo haríamos en los campings, con las zonas comunes?».
En el sector «tampoco sabemos qué tenemos que hacer con las habitaciones, cómo se tienen que desinfectar, qué productos tenemos que tener ni cómo o cuándo tenemos que formar al personal. Cuándo abrimos, tiene que ser de verdad y ahora no sabemos nada». El portavoz de la FEHT apunta un problema con los ERTE porque «tendrían que ir en paralelo a las necesidades o, si no, las empresas fallarán». Por eso, «necesitamos que se rebajen impuestos». El colectivo reclama que «estemos muy atentos a las aperturas de fronteras con el fin de no quedarnos atrás» y dice que «si no hay movilidad, no tiene sentido que abramos, necesitamos que venga gente» este verano «donde todos querríamos hacer las paces».