Libertad en un desconfinamiento sin aglomeraciones en los pueblos
Los vecinos de municipios de menos de 5.000 habitantes no tienen que respetar franjas horarias para salir a pasear o hacer deporte
Una de las imágenes que ha dejado este desconfinamiento progresivo en muchas ciudades es la de aglomeraciones de gente en ciertas franjas horarias en las cuales pueden salir las personas de cada colectivo. De 6 h. a 10h de la mañana y de 20 h. a 23 h. de la noche los deportistas y gente que quiera pasear; de 10 h. a 12 h. y de 19 h. a 20 h., las personas mayores de 70 años y las personas dependientes; y de 12 h. a 19 h., los niños menores de 14 años. Y es normal en ciudades donde viven miles y miles de habitantes.
En los pueblos pequeños, en cambio, la situación es bien diferente. El gobierno español ya anunció con el proceso de desescalada que los vecinos de aquellos municipios inferiores a 5.000 habitantes no tenían que respetar ninguna franja horaria, si no que podían salir durante todo el día, de 6 h. de la mañana a 23 h. de la noche, sólo una hora y no más lejos de un kilómetro de casa, a no ser que se tratara de práctica deportiva.
Los vecinos de estos municipios pequeños reconocen que se trata de una medida justa y coinciden en el hecho de que les da más libertad a la hora de decidir a qué hora salir, así como también transmite más tranquilidad el saber que difícilmente encontrarán aglomeraciones donde no puedan mantener las distancias de seguridad.
En Riudecols, con poco más de 1.100 habitantes, Montse Llauradó salió ayer con su bici a hacer deporte. «Tenemos un término municipal de 25 km2 y puedes salir tranquilamente que no te encuentras con nadie», celebraba, mientras agradecía el hecho de que no haya limitaciones horarias. «La situación no es la misma aquí en el pueblo que en la ciudad y, a pesar de la permisividad que tenemos, no hay ninguna aglomeración», sostenía Llauradó, que reconocía que «la gente ha salido a la calle con mucha responsabilidad y respetando las medidas de seguridad en todo momento, por lo que he visto».
En el Catllar, Javier Castaño salió ayer a pasear y a jugar con sus dos hijos, Linus, de 9 años, y Jordi, de 6. Castaño explicaba que no se había encontrado con prácticamente nadie, y destacaba que al no haber franjas horarias que te limiten las salidas «tenso más libertad para decidir a qué hora quieres ir a pasear». Además, señalaba Castaño, «mi mujer y yo trabajamos entre semana y tenemos que seguir unos horarios, y sin las limitaciones podemos salir cuando acabamos de trabajar».
En la Riera de Gaià, el camino que separa el municipio con Ardenya, es uno de los más concurridos desde que empezó la desescalada el sábado. No obstante, los vecinos consideran que la gente ha estado respetando las normas y recomendaciones de distànciament social, aunque hay quien reconoce que a ciertas horas se acumula bastante gente.
Marc Aznar salió ayer tarde con sus dos hijas, Aina, de 10 años, y la Ivet, de 12, que aprovecharon para coger las bicis. El rierenc consideraba de «perfecto» que puedan salir a pasear a la hora que les vaya mejor. «Además, al ser un pueblo pequeño no se aglomera a la gente, si que ves bastante pero puedes mantener la distancia de seguridad en todo momento». Por su parte, Estefania Martín, coincidía con Aznar en qué no se juntan grandes cantidades de personas. Volviendo a casa después de salir en bici con sus dos hijas, la Clea, de 2 años, y la Robyn, de 5, celebraba que «cada día que pasa vemos cómo se acerca más la vida normal», y añadía que «vivimos con menos desesperación». Finalmente, Joan Marc Sumoy, aseguraba que la tarde del sábado, el camino a Ardenya estaba «lleno de gente». «Está bien no tener limitación horaria, pero ahora que ya hace calor, todo el mundo sale a la misma hora, cuando cae un poco el sol», explicaba Sumoy, que defendía pero que «se puede mantener la distancia de seguridad en todo momento».