Salud
¿Cómo diremos adiós a las horas de pantalla?
Consejos profesionales para gestionar el incremento de uso de consolas, móviles y tablets en los niños y jóvenes
El confinamiento provocado por la situación de estado de alarma ha tenido como consecuencia que en muchas casas los niños y adolescentes hayan incrementado las horas de utilización de dispositivos electrónicos. Consolas, móviles y tablets se han convertido en objetos asociados al ocio familiar. En este escenario, es razonable que padres y madres hagan la reflexión sobre si este incremento de utilización de recursos electrónicos puede tener consecuencias en los hábitos de los niños y jóvenes una vez se acabe el confinamiento. En opinión de Mabel Montserrat, psicóloga de la Educación y coordinadora del Grup de Treball Intervenció Psicoeducativa de la Delegació Territorial de Tarragona del Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya, tendrían que ser mínimas. «Tenemos que preguntarnos en qué invertían estas horas antes de estar cerrados en casa», explica la psicóloga, «y darnos cuenta de que, si antes las dedicaban a hacer deporte, a estar jugando al aire libre o a hacer actividades fuera de casa, cuando todo se acabe, recuperarán estas actividades», explica. Mabel Montserrat apunta que es comprensible que los padres sientan preocupación al ver que los hijos pasan más horas jugando con aparatos electrónicos y por eso señala que pueden intervenir regulando este tiempo y estableciendo un control sobre los contenidos, porque «hay juegos de estimulación cognitiva que son buenos, no todo lo que hay en las tablets o en internet es malo». No obstante, la psicóloga asegura que lo que echan más de menos los niños son sus amigos y, en este sentido, los dispositivos pueden ser de gran utilidad para mantener el contacto, especialmente en el caso de los adolescentes. «Otra reflexión que hace falta que hacemos los adultos es si realmente hay mucha diferencia entre el uso que podían hacer los chicos y chicas del móvil antes del confinamiento y ahora. Quizás si lo pensamos, veremos que no era tan diferente. Lo que ha cambiado es que ahora pasamos más tiempos juntos y se hace más evidente». Precisamente el hecho de estar juntos, avisa, se tiene que aprovechar como una oportunidad para redescubrirnos, conocernos mejor y ganar confianza.
Otra cuestión que también puede preocupar los padres es qué pasará con los nuevos hábitos adquiridos con respecto al ocio tecnológico cuando se acabe el desconfinamiento. En este sentido, la psicóloga también hace un llamamiento a la calma: «Estoy convencida de que en el momento en que los niños puedan ir en la playa, salir a jugar o encontrarse con los amigos, no habrá ningún problema. A menudo el problema lo tenemos los adultos, porque tenemos ideas prefijadas de lo que pasará si cambiamos las costumbres y queremos rehuir el conflicto. Pero los niños son mucho más adaptables que nosotros». Una buena manera de preparar este cambio, señala a la terapeuta, es aprovechar estos días para empezar a hablar.«Quiero insistir en el hecho de que es comprensible que los padres estéis preocupados, pero tenemos que ser positivos. Si no había un problema de antes, volveremos a la vida normal y haremos lo mismo que hacíamos hasta ahora», concluye.