«Se intenta que las embarazadas vengan al hospital lo menos posible»
Las comadronas se reinventan para atender a las futuras madres de manera virtual durante la crisis
Una de las realidades que se están viviendo estos días es que, a pesar de la crisis del coronavirus, el mundo no se detiene. Aunque la mayoría de recursos sanitarios se están enfocando a la lucha contra la COVID-19, hay otros factores relacionados con la salud de las personas que hay que seguir tratando. Uno de estos casos es el de las embarazadas y el de las mujeres que han dado a luz, las cuales siguen necesitando la atención de las comadronas.
«Hemos seguido con las visitas imprescindibles y tenemos un protocolo que establece que, si no es estrictamente necesario que la mujer embarazada venga al hospital, se puede prestar una atención telefónica», explica Wendy Lazo, comadrona del Hospital Santa Tecla de Tarragona, que añade que «se tienen que seguir haciendo ecografías y analíticas, pero se intenta que las embarazadas vengan lo menos posible en el hospital para evitar que se contagien en la medida de lo posible».
Además, Lazo explica que se da un número de contacto para que se puedan comunicar con una comadrona siempre que tengan alguna duda. «Siempre que hay un parto, las madres vienen con miedo, pero se van contentas», apunta Lazo, que asegura que el área de maternidad, en la tercera planta, está totalmente libre de COVID-19, ya que los partos de mujeres contagiadas se derivan en el Hospital Joan XXIII.
Por su parte, Marta Sánchez, comadrona también de Santa Tecla, se encarga de la educación maternal. Explica que desde que empezó el confinamiento han adaptado las clases a las embarazadas y a las respectivas parejas a un canal virtual. «Soy la encargada de dar las clases en línea, que han tenido una acogida estupenda por las madres y los padres, y en la que ya somos cerca de 50 personas, más los fisioterapeutas y osteópatas que también son muy importantes para el proceso de embarazo,» señala Sánchez.
Gisela Bonamussa es también comadrona en Santa Tecla. Ella estaba en el Hospital del Vendrell, que forma parte también de la Xarxa, pero a causa de la crisis sanitaria se ha concentrado su función en el centro tarraconense hasta ayer, que el centro del Baix Penedès se reabrió. «Cuando empezó el confinamiento se cerró la sala de partos del Hospital del Vendrell, y la mujer que viniera con contracciones se derivaba aquí a Tarragona», explica Bonamussa.
La comadrona asegura que en el caso de las mujeres que ya han dado a luz y al cual se las tiene que hacer un seguimiento, se intenta que este sea telemático en la medida del posible. «Se han promovido altas precoces y, en este caso, las primeras visitas se hacen en el domicilio. Las siguientes se hacen telefónicamente, una por semana, y se valora si hace falta que vengan al hospital o no. Tratamos de preservar la seguridad de la persona», señala Bonamussa.
Eusebia Romano es comadrona en el programa de Atención de la Salud Sexual y Reproductiva (ASSIR) del Instituto Català de la Salut (ICS) en Tarragona. Explica también que se siguen haciendo visitas presenciales, pero se simplifican. «Si una madre tiene que venir a la comadrona y al pediatra, se intenta que ambas visitas se hagan el mismo día, para evitar que tengan que salir dos veces de casa», explica Romano, que apunta que ha incrementado la atención telefónica en aquellos casos que no es estrictamente necesario que sea presencial.
«La primera visita de embarazo, que es muy larga pero puramente informativa, la hacemos ahora a través de una llamada telefónica», dice la comadrona, que añade que «un 95% de las embarazadas lo quiere así, la percepción es que prefieren no salir de su casa por el estado en que se encuentran».
Romano explica también que «se están llevando a cabo todas las urgencias ginecológicas». «Pensamos que la COVID-19 no afecta a los partos», asegura la comadrona, «pero no lo sabemos a ciencia cierta todavía», reconoce. Con respecto a las madres que ya han dado a luz, en el ASSIR, de la misma manera que en Santa Tecla, hacen visitas domiciliarias al principio, y telefónicas después.
Finalmente, con relación a las clases de educación maternal, Romano explica que se detuvieron en un principio, pero asegura que trabajan en una iniciativa para hacerlas de manera virtual, con el mismo objetivo de evitar al máximo que salgan de casa.