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Educación

La URV eliminará másteres con pocos alumnos y asignaturas optativas para reducir costes

María José Figueras estima que el impacto económico de la crisis en la universidad es de 6,5 millones de euros

Imagen de archivo de la URV

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La Universidad Rovira y Virgili(URV) reducirá la oferta de másteres de cara al próximo curso. La universidad trabaja para suprimir aquellos que tienen menos alumnos y que económicamente suponen pérdidas. «Hay másteres ineficientes, con seis u ocho alumnos, y mantener este modelo es totalmente inviable», explica la rectora, María José Figueras, en una entrevista en el ACN. Figueras también apuesta por reducir el número de profesores asociados y de asignaturas optativas que se ofrecen en algunos estudios de grado. Las medidas se toman en el contexto de la crisis de la covid-19 que, según estima Figueras, supondrá un impacto económico de 6,5 millones de euros a la URV.
La decisión de eliminar másteres también se fundamenta en el hecho que las preinscripciones para el próximo curso de esta modalidad de estudios ha caído un 13%. «Másteres que durante años han sido ineficientes porque tenían menos demanda que oferta y que no cumplían unos mínimos, estamos intentando que no se activen para no grabarel sistema», concreta la rectora. Ahora, la apuesta es «aumentar el número de estudiantes a las enseñanzas donde tenemos más demanda que oferta» porque supondría unos ingresos casi netos que serían «importantes para la institución».

Desde el rectorado ya han empezado a dar indicaciones a los responsables de estos másteres para que planteen cómo pueden reubicar al profesorado. Sin embargo, Figueras es consciente de que es una decisión complicada, ya que en ocasiones las personas que están al frente de las enseñanzas son también las que los han organizado. «Eso se hace en un momento en que no podemos estar presencialmente y es duro hacerlo online», lamenta.

En una situación similar se encuentran algunas asignaturas optativas de las titulaciones de grado. «Tenemos enseñanzas con más optativas de las que marca la ley, y eso también es un gasto adicional», comenta. Por lo tanto, también es probable que algunas se eliminen. Y detrás de muchas de estas materias hay los profesores asociados, una figura que en tiempo de crisis económica Figueras también es partidaria de reducir. Todo obligará pues, a una «reestructuración interna» de los estudios de grado. En su opinión, se trata de tener «una visión global» con el fin de «crear y remodelar el futuro de la institución».

Impacto de 6,5 millones de euros

Según las estimaciones de la rectora, la crisis de la covid-19 tendrá un impacto económico para la URV de 6,5 millones de euros. De estos, 5 millones se prevé que sean porla reducción de ingresos pormatrículas y el otro millón y medio por inversiones en el mantenimiento de las instalaciones que no se podrán hacer. También se tiene que contabilizar la pérdida de contratos y servicios que proveía la universidad y la anulación de hasta ocho congresos, entre otros. En el conjunto de las ocho universidades públicas catalanas, se prevé un impacto de 75,4 millones.

Con respecto a la reducción de alumnos prevista, Figueras detalla que en gran parte es porque la movilidad internacional no está garantizada, hecho que dificulta la llegada de alumnos de fuera. La rectora comenta que, en términos generales, en las universidades públicas catalanas -y por extensión también en la URV- «el 50% de los estudiantes de doctorado son extranjeros». En el caso de los master, el porcentaje es en torno a un 40% y en los estudios de grado se sitúa entorno al 30%, detalla.

Aparte, los centros han tenido un aumento de gastos, como material informático y adaptación de los entornos virtuales para poder seguir con los cursos. En este sentido, la rectora pone en valor el esfuerzo que ha hecho la URV por intentar mitigar la brecha digital de algunos alumnos a través de la entrega de ordenadores y conexiones en internet. En las primeras semanas de curso online la universidad ha recibido siete peticiones de conexiones y seis de ordenadores. Sin embargo, desde la institución creen que la cifra subirá cuando se acerque el final de curso. Por esta razón, Figueras anuncia que se han comprado 200 ordenadores más.

Incertidumbre con los Erasmus y las prácticas

Las dificultades con la movilidad internacional que se prevé en los próximos meses también afectará los estudiantes del programa Erasmus. Tanto los que se tienen que marchar como los que tienen que llegar procedentes de otros países europeos. «Hay universidades de a menos que ya nos dicen que no cogerán estudiantes», indica. De momento, la URV sí que acepta alumnos venidos de todas partes. De todos modos, la rectora no descarta que se tenga que rectificar. «Todavía tenemos un punto de incertidumbre, está todo abierto», valora. Además, aprovecha para felicitar al personal del International Center de la URV por las gestiones que han hecho en las últimas semanas para solucionar los problemas que han tenido los alumnos a raíz de la crisis sanitaria.

Otro aspecto que todavía está por acabar de resolver es el de las prácticas curriculares. Los estudiantes que las estaban haciendo este curso, en función del momento en que se encontraran, se han sustituido por cursos online. En otros supuestos, se intentarán reubicar de cara al verano o al inicio del próximo curso, «sin coste para el estudiante», especifica. En el caso de los alumnos que se han incorporado a los centros médicos para dar apoyo en el sector sanitario, desde la URV se intentará «que se equipare para que los pueda contabilizar como prácticas».

Final de curso

De cara al final de este curso, Figueras se muestra satisfecha porla adaptación que está teniendo toda la comunidad universitaria al entorno virtual. «La formación a distancia se está haciendo en más de un 90%», indica. Sin embargo reconoce las dificultades que tienen algunos alumnos por compaginar el confinamiento con su trabajo y los estudios. «Lo que podíamos hacer era habilitar la evaluación única para los que no han podido seguir la continuada, que acabarán el curso como estaba previsto el mes de junio», señala.

Incluso, para el alumnado que haya optado por la evaluación única, con exámenes finalesen julio y opción de recuperación en septiembre, se intentará que puedan hacer las pruebas vía online. Especialmente para evitar que los que viven fuera de Tarragona se tengan que desplazar para hacer los exámenes. «Estamos orgullosos de todo el colectivo, nunca les estaremos lo bastante agradecidos. Siendo una universidad presencial ahora ya casi que podemos competir con la virtual», afirma.

De cara al próximo curso, los escenarios están abiertos. «Tenemos previsto empezar la segunda quincena de septiembre, pero es una previsión. Si se tiene que pasar en octubre, se hará», apunta Figueras. También dice que si hay una normativa que establece distancias de seguridad entre los alumnos, se respetarán, y destaca que el proceso de matriculación el año pasado ya fue muy prácticamente online.

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