Estado de Alarma
Primeras cervezas en las terrazas de Tarragona y alegría en las tiendas de Reus
La actividad en los bares se incrementó por la tarde, con más ocupación de mesas y más establecimientos que decidieron abrir
El acceso a la Fase 1 del periodo de desconfinamiento cambió la fisonomía de ciudades como Tarragona y Reus, que ayer lunes volvieron a llenarse de gente. Muchas terrazas de bares volvieron a tener clientes después de un cierre de dos meses y los comercios subieron la persiana con el convencimiento de que el remontamiento es posible. En Tarragona, gran satisfacción entre los clientes que se sentaron en las terrazas de bar habilitadas, los propietarios de los cuales se mostraron optimistas dentro de una realidad que no invita demasiado a hacerlo, mientras que las calles del centro de Reus, donde se concentra buena parte del comercio de proximidad de la ciudad, notaron el avivamiento. «Más que un lunes, parece un sábado, dijo Meritxell Barberà, presidenta de la Unióde Botiguers.
La reapertura de las terrazas en Tarragona fue bastante discreta en la ciudad, donde muchos profesionales optaron por mantener el establecimiento cerrado. Ayer lunes al mediodía sólo había cuatro terrazas en la plaza Corsini y calles de los alrededores, y en la plaza de la Fomt había seis en plena actividad, mientras dos bares más se preparaban para hacer efectiva la reapertura. Por la tarde se apreció más afluencia de clientes, con casi todas las mesas ocupadas, y también se abrieron más terrazas que por la mañana. Hace falta decir que de los 470 establecimientos con licencia de terraza, sólo 60, una minoría, ha pedido al Ayuntamiento poder ampliar el espacio de uso público para, de esta manera, poder disponer de más mesas para compensar la reducción en situación normal para tener que mantener la distancia de seguridad.
El único bar de la calle Lleida que montó la terraza por la mañana, Tarraco Taberna, llenó las seis mesas de forma consecutiva. Israel Violero, el propietario, comentó que «la gente tenía ganas y hasta ahora todos los clientes se han mostrado muy conscientes de la necesidad de mantener las medidas de seguridad. En el interior del local sólo puede accederse para ir a los lavabos y después de cada servicio «los desinfectamos, igual que hacemos con las mesas», dijo. Violero dijo que «somos autónomos y estamos muy contentos de poder abrir y volver a la normalidad, aunque sea poco a poco».
En el exterior del bar, Francesc Piñol consumía una cerveza. «Es la primera en sesenta días y para mí es especial». Piñol apuntó que, en términos generales, «hay un caos enorme, aunque parece que todo está regulado, y espero que las cosas salgan bien».
A pocos metros de distancia, en una terraza ubicada en la plaza Corsini, Pietat Zafra comentó que «con la distancia que hay entre mesa y mesa estoy cómoda, el espacio está bien y se agradece poder tomar algo aquí».
Según el presidente de la Associació d’Empresaris d’Hostaleria de Tarragona, Javier Escribano, ayer montaron terraza uno de cada cinco bares de la ciudad que disponen. Una muestra de la decisión tomada por los profesionales ante la posibilidad de abrir el establecimiento fue que en el corazón de la ciudad, en la Rambla Nova, muchas terrazas no abrieron. Sí que lo hizo la de la heladería Sirvent. Su gerente, Joana López, dijo que el establecimiento volvió a la normalidad el pasado viernes entregando pedidos a domicilio. En el interior del local se puede entrar unos metros para ver los helados expuestos, pero siempre que los clientes mantengan la distancia de separación. Sivent tiene cuatro establecimientos en Tarragona, todos con terraza. «Tenemos el convencimiento de que la gente de nuestra ciudad confía en el comercio de proximidad y nosotros tenemos que confiar en ella porque este año vendrá muy poco turismo», dijo.
El restaurante Miracle, situado justoal lado, también optó por abrir una terraza con diez mesas. Eli Petrova remarcó que «la gente empezará a salir y todo se animará, y nosotros abrimos con muchas ganas y mucha fuerza». En una de las mesas, Joan Reinals y Emili Abella lo celebraban con cava. «Después de dos meses confinados, nos lo merecemos», dijo Reinals, quién apuntó que no se tiene que bajar la guardia.
En la plaza de la Font, donde está la concentración mayor de terrazas de la ciudad, ayer al mediodía había seis operativos. Jonathan Brandimaste, atendía una terraza con nueve mesas. «Esta apertura ayuda a recuperarnos un poco y todo es sumar». Apuntó que «es importante hacer las cosas bien a fin de que en verano todo el mundo pueda salir a la calle». Jesús López y Santiago Recasens, clientes limpiaban la segunda cerveza. «Es como resucitar, volver a la vida, es un resurgir ver las calles como están hoy», dijo López.
El comercio vuelve a la actividad
Gemma Molner y Meritxell Barberà, presidentas de El Tomb de Reus y de la Unióde Botiguers de Reus, no pudieron esconder su alegría para ver cómo muchas tiendas iniciaban el camino para volver a una normalidad que sólo rompió la COVID-19. Molner, quien también tiene tienda en Tarragona, dijo que en las primeras horas de la jornada de ayer lunes «fueron más tranquilas y por lo que me han dicho de Reus todo ha ido bien». El comercio «es nuestra vida y hemos pasado todas las etapas, incluida la del luto, pero sabíamos que las tiendas volverían a abrir».
Molner comentó que en las horas previas «había confusión por la información que recibíamos y a la asociación nos llegaban miles de preguntas de qué medidas se tenían que adoptar», y apuntó que «la semana pasada muchos no abrimos porque queríamos hacer las cosas bien». Molner también mostró su satisfacción por el hecho de que «las terrazas de los bares estaban llenas, todo y que una tercera parte de lo que es habitual». Todo, «es una buena señal y significa que la gente quiere volver a la normalidad, aunque sea poco a poco». La presidenta de El Tomb de Reus, entidad que aglutina doscientos profesionales, apuntó que estos días «muchos clientes que tenemos en las Terres de l'Ebre todavía no podemos venir a comprar porque son de otra región sanitaria y, cuando puedan hacerlo, las cosas mejorarán más». «Vivimos una situación nueva para todo el mundo y tenemos que ir aprendiendo», afirmó.
Por su parte, la presidenta de la Unióde Botiguersde Reus, Meritxell Barberà, manifestó «tengo la certeza de que el cien por cien de los comercios han abierto y hemos llenado de vida la ciudad, después de resistir dos meses de confinamiento que han sido muy duros».
Barberà recalcó que «estamos muy contentos de cómo ha ido el primer día, porque los ciudadanos tenían ganas de pasear y comprar.» «La crisis ha sido importante en el comercio y estos meses no hemos parado de buscar soluciones».
Barberà apuntó que hay que hacer una apuesta por el uso de la tecnología en el comercio tradicional. «La proximidad entre el cliente y el tendero es importante, como la confianza en que se establece entre los dos, pero también es necesaria la transformación digital de nuestro sector», dijo.
«Estoy pendiente de un proyecto para poner una terraza en medio de la calle»
Poder poner una terraza en la vía pública o no disponer de este espacio marca la diferencia entre los bares en la Fase 1 de desconfinamiento a causa de la pandemia por coronavirus. Ayer lunes muchos bares de Tarragona volvieron a abrir sus puertas a los clientes, pero no pudieron hacerlo aquellos que no disponen de terraza. Este es el caso de Xavier Miguel Torner, del restaurante 'El peix que es mossega la cua', localizado en la calle Governador González.
En declaraciones en esta redacción, explicó que está pendiente del Ayuntamiento de Tarragona para saber cuándo podrá poner una terraza en la citada calle, en el tramo comprara entre Fortuny y Unió, actualmente abierto a la circulación de vehículos. Miguel dijo que «acabo de hacer el proyecto para poner una terraza con cuatro mesas en la calzada». Para poder hacerlo factible, «durante unas horas al día se tendrá que cortar la circulación de vehículos en este tam de la calle». Miguel dijo que «fue el Ayuntamiento quien nos ofreció esta alternativa a profesionales de los alrededores de la plaza Corsini, para poder reponernos de la crisis que ha provocado la pandemia». El responsable de 'El peix que es mossega la cua' añadió que «dos bares más de mi zona me han dicho que están de acuerdo y que también tienen la intención de pedir autorización al Ayuntamiento para poder montar terraza».
Miguel comentó que el objetivo es «poder abrir cuanto antes mejor», pero mientras no llega este momento tan esperado por el sector de la restauración «cocinamos comeida para llevar». La terraza sería un importante complemento para el restaurante. Miguel aprovechó la apertura de terrazas para tomar una cerveza en una de las pocas terrazas que se montaron en la plaza Corsini.