El carril bici educativo de Tarragona será una realidad en otoño

El carril bici que unirá hasta 18 centros educativos de Tarragona estará terminado en otoño. Así lo asegura el concejal de Mobilitat del Ayuntamiento de Tarragona, Xavi Puig, que señala que el proyecto está casi acabado y que pasará a contratación pública en las próximas semanas.

De la misma manera que con la llegada de los patinetes eléctricos de alquiler a julio, el consistorio quiere aprovechar la oportunidad que la pandemia del coronavirus brinda para incentivar la movilidad individual con bicicleta y patinetes, hecho que reduciría el riesgo de contagio y que además incentivaría el movimiento sostenible, una de las «apuestas insignia de este gobierno», sostiene Puig.

Así pues, este circuito uniría Sant Pere i Sant Pau con Bonavista. Desde el Campus Sescelades de la URV en el barrio del norte de la ciudad, bajará hacia la plaza Imperial Tarraco pasando el puente que atraviesa la autopista, por el camino de los Quatre Garrofers, la avenida Catalunya y la calle Marquès de Montoliu. Además, esta primera fase de la red de carriles bici de la ciudad llegará hasta el puente del Francolí, donde se unirá con el trazado ya existente a los barrios de Ponent. Según explica Puig, la idea es adaptar los laterales de la avenida Roma a fin de que sean los ciclistas y los usuarios de los patinetes los que tengan preferencia, sin prohibir la circulación de otros vehículos de motor. Eso implicará tener que trasladar las paradas de autobús a los carriles centrales de la avenida.

De hecho, uno de los objetivos del consistorio es sacar los vehículos de movilidad individual sostenible de las aceras y que vayan por la calzada, para garantizar la seguridad de los peatones. No obstante, también habrá que garantizar la seguridad de aquellos que se muevan con bicicleta y patinete, y es por eso que, tanto el Ayuntamiento como los grupos municipales, trabajan en algunos cambios de la Ordenanza General de Convivencia y Uso de Espacios Públicos, que según el republicano es «arcaica».

Puig explica también que el gobierno ha hecho algunos cambios en el carril bici educativo, además de la conexión de la plaza Imperial Tarraco con el puente del Francolí a través de la avenida Roma. «El asfalto del circuito será de color rojo, para que se vea con claridad, ya que no somos una ciudad acostumbrada en los carriles bici, y haremos accesibles todos los cruces y aceras por donde pase», asegura Puig. «Tenemos que ser capaces de que la gente que utiliza el coche para moverse por la ciudad vea más atractivo hacerlo en bici o con patinete, y lo tenemos que hacer incentivando a la gente y garantizando su seguridad», defiende el concejal de Mobilitat.

Hace unos meses, Puig anunció que la idea del gobierno es que la red de carriles bici esté completa antes de que acabe el actual mandato. La segunda fase será la que unirá el centro con los barrios de Llevant, La Móra-Tamarit y Ferran, a través de la N-340. El último tramo será el que dibujará la circunvalación del centro de Tarragona: avenida Catalunya, Vidal y Barraquer, Part Baixa, calle Real, etc.

El Ayuntamiento ultima los primeros cambios a la ordenanza de convivencia

El Ayuntamiento trabaja en la modificación de algunos artículos de la Ordenanza General de Convivencia y Uso de Espacios Públicos para mejorar la normativa que regula la circulación de los vehículos de movilidad individual. Con la llegada de patinetes eléctricos compartidos y el carril bici educativo, la apuesta del consistorio por la movilidad sostenible es clara. «Hay que consensuar nuevos artículos en la regulación con el fin de disponer de un nuevo marco normativo al verano», defiende Puig. La idea es madurar la ordenanza entera en los próximos meses a partir de la valoración de estos primeros cambios de la normativa más inminentes. Finalmente, Puig remarca que «los equipos técnicos de están trabajando a todo gas y en las próximas semanas se conocerán algunas de estas modificaciones». La CUP, sin embargo, lamenta en un comunicado que «no han sido capaces de regular en 10 meses lo quieren hacer en dos semanas», y remarcan que «no se está creando una ordenanza particular y específica de movilidad, sino que se está modificando el cajón de sastre de la ordenanza de convivencia, una ordenanza que no tendría que existir».