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Medio ambiente

Las emisiones de la petroquímica de Tarragona se mantienen por debajo de los límites legales

Así lo constata el Observatorio de la Calidad del Aire del Campo de Tarragona 2019, impulsado por Repsol, que ha incrementado el control de los Componentes Orgánicos Volátiles

Imagen de archivo del Polígono Sur.

Polígono Sur quimica tarragonaCedida

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Los resultados del Observatorio de la Calidad del Aire del Campo de Tarragona 2019, impulsado por Repsol, constatan que todas las emisiones siguen por debajo de los límites legales y recomendados. En este estudio se ha incrementado el control de los COV (Componentes Orgánicos Volátiles), tanto en el polígono Norte, donde se han medido 9 poblaciones y barrios mediante 11 puntos de muestreo, como el polígono Sur, que se ha incorporado al Observatorio mediante 13 puntos de muestreo en 9 poblaciones o barrios. Eso ha permitido que la medición de los valores de concentración media anual en esta segunda edición sea todavía más fidedigna del comportamiento de las inmisiones, porque se ha podido trabajar con muestreos de 14 días para cada uno de los 12 meses del año en las poblaciones del polígono norte y por 8-10 meses en el polígono sur.

Con respecto a los resultados, en el caso específico del Benceno, si bien se muestran diferencias entre poblaciones, todos los valores se encuentran por debajo del límite de inmisión de 5 μg m-3 (microgramos por metro cúbico) que establece la normativa española y europea. Mientras que en el caso de lo 1,3 butadieno, a pesar de no haber ningún valor normativo que establezca el límite de inmisiones, los valores promedios anuales se encuentran por debajo de los 2 μg m-3 (microgramos por metro cúbico) que se establece como recomendación de referencia al Canadá. Si se hace el análisis de la suma total de COV detectados, Barcelona sigue siendo la población con más concentración de estas sustancias.

En esta edición del Observatorio se han estudiado 62 compuestos orgánicos volátiles diferentes. De todos ellos, el Benceno se mide en continuo a través de la Red de Vigilancia Pública de la Dirección General de Calidad Ambiental de la Generalitat de Catalunya, cosa que ha permitido demostrar la fiabilidad de la metodología utilizada en el estudio impulsado por Repsol porque los resultados obtenidos a través de las dos fuentes son muy similares. Asimismo, se confirma que la metodología aplicada es flexible y eficiente. Eso ha permitido ampliar los puntos de medida y los muestreos, sin coste para los municipios que ahora disponen de una nueva fuente de monitorización.

En total, y a lo largo de 2019, se han instalado puntos de monitorización en Alcover, Valls, Vilallonga, Puigdelfí, La Pobla de Mafumet, Reus, Constantí, El Morell, Tarragona, Sant Salvador, La Canonja, Vila-seca, Bonavista, Campclar, Torreforta, El Serrallo, La Pineda, Universidad Laboral, Prades y Barcelona.

Los trabajos impulsados por Repsol, en el ámbito científico de nuevo, han sido dirigidos por el Dr. Francesc Borrull, Catedrático de Química Analítica de la Universidad Rovira y Virgilio, y coordinados por Eurecat. El Observatorio de la Calidad del Aire se edita bajo la dirección de la Fundación Privada Instituto Cerdà y quiere dar respuesta a la demanda social de información sobre la calidad del aire en torno a las plantas químicas en el Campo de Tarragona. El estudio, conocimiento y mejora de la calidad del aire es el objetivo principal del Informe-Observatorio de la Calidad del Aire del Campo de Tarragona, pero también quiere ser una herramienta de reflexión y debate y, por este motivo, este año el estudio incorpora otras voces como las de la UPC o la del catedrático de la UB, Mariano Marzo.

El Observatorio quiere ser, por lo tanto, una herramienta abierta y compartida por todos los agentes del territorio, públicos, sociales y privados. En este sentido, este año 2020, la Asociación Empresarial Química de Tarragona se ha incorporado como miembro del Observatorio.

La voluntad de la compañía es «liderar desde el punto de vista ambiental, científico y académico el conocimiento de todos los componentes orgánicos volátiles y poder planificar de esta manera, todas las acciones de mejora de control de las emisiones, aunque estén por debajo de los límites establecidos por las administraciones».

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