Inicio 'in extremis' de las obras de urbanización del Plan Parcial 10

El plazo para que empezaran las obras de urbanización del sector del PP10, que está ubicado junto a la T-11, la autovía de Reus, acababa hoy jueves. Así lo marcaba el acuerdo firmado entre el Ayuntamiento de Tarragona, la Unió Temporal d’Empreses (UTE) Comsa y Rogasa y Ten Brinke, y es que, si el Ayuntamiento y la UTE hubieran tardado un solo día más en firmar el acta de replanteo conforme los trabajos empezaban, la firma holandesa, que quiere construir un centro comercial, habría tenido vía libre para retirar su inversión de 14 millones de euros, la cual hubiera recaído, en este caso, en el consistorio.

No obstante, el Ayuntamiento y Comsa y Rogasa se han puesto de acuerdo para empezar unas obras de urbanización que está previsto que duren 15 meses. El concejal de Urbanismedel Ayuntamiento de Tarragona, Xavi Puig, ha explicado a esta redacción que estaban negociando con la UTE una situación bastante atascada.

El problema se basaba, explica Puig, en la organización del trabajo por parte de la empresa constructora en tiempo de pandemia. Además, también estaba el tropiezo|obstáculo de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que habían hecho algunas empresas proveedoras. «Todo eso podía afectar al desarrollo de los trabajos y a los plazos», reconoce Puig, que celebra «el esfuerzo» de los técnicos del Ayuntamiento y de la UTE por llegar a acuerdos, en el sentido que las partes se han comprometido a «aplicar el sentido común».

«Puede haber disfunciones o sobrecostes derivados de la pandemia del coronavirus y hemos llegado a un acuerdo de entender de manera razonable la situación en que nos encontramos», añade Puig. «Empezar hoy las obras era importante, ya que era una manera de asegurar que todas las partes cumplen con sus obligaciones», sostiene finalmente el edil de ERC.

Por su parte, la compañía holandesa ha enviado un comunicado en el cual consideraba de «importante hito» la firma del acta de replanteo, «paso fundamental para el inicio de nuestro proyecto». Además, desde Ten Brinke han mostrado el agradecimiento a «el Ayuntamiento de Tarragona, a la Asociación de Propietarios y a todas las partes involucradas en el proyecto por el gran trabajo y esfuerzo realizado durante todos estos meses para que el día de hoy se haya podido materializar el importante hito».

Las obras de urbanización que se desarrollarán durante los próximos meses consistirán en demoliciones y movimiento de tierras; pavimentación, instalación de alcantarillado y red pluviales; de alumbrado público; de redes de telefonía y gas; ajardinamiento; instalación de mobiliario urbano y señalización, entre otros. El sector del PP-10 tiene 300.000 m2 de superficie, de los cuales 66.500 m2 se destinarán a espacio comercial, más de 30.000 en zona residencial y el resto, en espacios verdes, sistema vial y equipamientos. Una vez urbanizados los terrenos, se construirán 1.200 viviendas, de las cuales 400 se destinarán a alquiler social, y donde Ten Brinke instalará un centro comercial. Además, la firma holandesa también habría aceptado la propuesta del consistorio de incluir un hotel en el proyecto, ya que el Ayuntamiento considera la falta de plazas hoteleras un problema real.

Puig ha remarcado también que este proyecto urbanístico tendrá que permitir «potenciar el eje urbano de la T-11, de forma que con los años le podamos dar un carácter más amable dinamizando ambos lados de la carretera.» Además, el edil de Urbanisme, ha explicado este jueves que «el del PP10, tal como se tendrá que exigir en el resto, será un sector que incluirá un carril bici segregado». En este sentido, celebra que «conectaremos todo el sector de punta a punta, de Campclar en Bonavista, y creemos que toda nueva urbanización tiene que tener uno».

Fue al plenario extraordinario del pasado 14 de enero cuando el Ayuntamiento de Tarragona aprobó la adjudicación de las obras de urbanización del PP10 en la UTE Comsa y Rogasa por un importe de 13,8 millones de euros, con los votos a favor de ERC, En ComúPodem, el Partit Socialista, Ciutadans y el Partit Popular, y los votos en contra de la CUP y Junts per Tarragona.