Sociedad
Tímido goteo de bodas en Tarragona: entre replanificar fecha o decantarse por el 2021
El sector calcula que puede perder unas 7.000 bodas y reprocha al gobierno que sea poco conciso en las fases de la desescalada
Las medidas para dar el sí: un«sin sentido»
En el estado español se celebran unas 180.000 bodas al año. El 40% se concentra en los meses de marzo a junio. Partiendo de estas cifras, se podrían ver afectadas unas 70.000 bodas a todo el Estado durante el confinamiento porla covid-19. La recientemente creada Asociación de Empresas de Gestión de Acontecimientos y Bodas de Catalunya (Aegecat) critica la información «precaria» que se da en cada una de las fases de la desescalada. «No nos pueden poner en el mismo saco que los grandes conciertos o discotecas», afirma al ACN uno de los portavoces del Aegecat, Santi Carda.
A partir de la fase 3 se permitirán 400 invitados en recintos exteriores -en fase 2 son un centenar de comensales-, si bien manteniendo distancias y con mascarilla. «Así no se casa nadie, eso es unsin sentido», lamenta Katinka Rodríguez-Solano, propietaria del Mas d'en Cabré -conocido como la Avellana- en Riudecols (Baix Camp). De la veintena de ceremonias que ha visto anuladas de abril a julio -dos de las cuales eran parejas inglesas-, algunas se han recolocado a septiembre y octubre -en días no ocupados por otras celebraciones. Pero la mayoría se han pospuesto en el 2021.
El sector se autocalifica de «zona catastrófica»
«Eso es un colapso, me supondrá perder dos años: las celebraciones que dejaremos de hacer este 2020 por la covid-19, y las que tendré que rechazar durante el 2021, que normalmente organizamos entre 40 y 50 el año, porque ya lo tendré lleno», recalca Katinka, que también ha tenido que decir adiós al Nomad Festival Xperience, un festival que llenaba de música esta masía centenaria a mediados de agosto. En esta línea, Carda recuerda que de este sector cuelgan a muchos empresarios -desde floristerías en ganaderos, pescaderos, bodegas, fotografía, lavandería, etc.
Así, equiparándolo en términos de campesinado, el portavoz de la entidad lo compara con una cosecha en «zona catastrófica». A partir de aquí, reclama ayudas de la administración para salvar en el 2020 y, en definitiva, el sector. «Si los gobernantes fueran más claros, en agosto, septiembre, octubre y noviembre los novios mantendrían la celebración». Esta asociación, surgido cerca el desconfinamiento y con voluntad continuista, aglutina un centenar de empresas. Cada una puede organizar, por término medio, unas 70 bodas el año, lo que supone una pérdida de unas 7.000 bodas.