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Racismo

Más de 500 personas claman contra el racismo en la plaça de la Font

La Comunidad Negra convocó protestas a todo el Estado a raíz del asesinato de George Floyd en manos de un policía en los EEUU

Imatge de la manifestació d'avui

Más de 500 personas claman contra el racismo en la plaça de la FontOlívia Molet

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La plaça de la Font de Tarragona ha acogidoa más de medio millar de personas que se concentraron para condenar el racismo. La muerte de George Floyd en manos de un policía en Minnesota ha sacudido el mundo entero y las protestas para pedir justicia han llegado hasta Tarragona, bajo el lema Black lives matter, que en inglés quiere decir «Las vidas negras importan».

La Comunidad Negra, Africana y Afrodescendente es un colectivo nacido a raíz del asesinato de Floyd que ayer organizó concentraciones por todo el Estado español. Itza es la delegada de la organización aquí en Tarragona y explicaba que la concentración «pacífica» tenía como objetivo «conmemorar la muerte de George Floyd y también todas las personas negras que han sufrido violencia racial y sistemática». «La muerte de Floyd ha sido la chispa que lo ha incendiado aunque nos ha servido para creer realmente que es muy necesario movilizarnos y hacernos escuchar», dice Itza. Reconocía también que tenían previsto que a la concentración asistieran unas 200 personas, pero celebraba la gran asistencia de gente que se sumó a la causa. «Hemos tomado las medidas de seguridad pertinentes, hemos repartido gel y hemos controlado que todos los manifestantes llevaran mascarilla y guantes, si era necesario».

Durante la protesta se leyó un manifiesto en que se lamentaba que «este asesinato no es una cuestión puntual, sino que responde a la violencia histórica y estructural en la cual estamos sometidas las personas negras tanto en los Estados Unidos como aquí en España, donde también hay racismo». Criticaba también que este racismo «atenta contra todas las vidas negras, de forma directa, con el asesinato físico, como de forma indirecta, con las condiciones de pobreza estructural, la explotación laboral y la falta de oportunidades a la que estamos sometidos». En este sentido, el manifiesto defendía que «no podemos dejar de relacionar el asesinato racista de George Floyd con las muertes de nuestros hermanas y hermanos al mar Mediterráneo, con las más de 15 personas muertas en Ceuta, con las muertes de Samba Martine, Lucrecia Pérez y Mame Mbaye o la violencia contra un menor y dos mujeres negras por parte de dos policías locales de la Bisbal d'Empordà, a Gerona y con el resto de vidas negros arrancadas de cuajo por el racismo institucional y social que hay en España».

Farouk y Adán estaban en la plaça de la Fonthoy por la mañana. Los dos son de Tarragona, pero de origen nigeriano y marfileño, respectivamente. Adán explicaba, en primer lugar, que asistieron a la concentración «ya no sólo por la muerte de Floyd, sino porque desde el primer día que pisas este país hasta hoy siempre te encuentras con que no te acaban de aceptar del todo, sientes que eres diferente de los otros». El manifestante reconocía que «eso no pasa con todo el mundo, evidentemente, siempre hay gente que te acepta, pero creo que era importante venir hoy aquí para ver si todo este racismo va desapareciendo poco a poco, para que la gente sepa que estamos aquí por una buena causa y que no venimos a hacer daño a nadie». Finalmente, Adán añadía que «si nos hemos marchado de nuestro país, no es para venir a delinquir, sino porque nos encontrábamos en una situación de pobreza y buscábamos un lugar|sitio mejor donde vivir, y creo que es importante visibilizarlo».

Por su parte, Farouk lamentaba que el racismo «es una cosa que se enseña a los hijos, aquí los padres tienen un papel importante, ya que ningún niño es racista cuando nace. Por eso, si los padres y madres inculcan a sus hijos valores como el amor y la igualdad, sin importar la etnia ni el color de piel, difícilmente a lo largo de su vida los cambiará y, sinceramente, es lo que creo que se tendría que hacer desde que son bien pequeños, educarlos».

Durante la concentración también habló el hermano de Mor Sylla, Ibrahima, quien pidió que se reabra el caso sobre la muerte del mantero en el 2015 en Salou, después de que los Mossos d'Esquadra entraran en su vivienda y él se precipitara por el balcón. Ibrahima defendió que fue un agente del cuerpo policial quien , presuntamente, mató a su hermano y lamentó que el juez cerrara el caso cuando «tenía la oportunidad que se hiciera justicia». «No queremos venganza hacia la policía, sino justicia para mi hermano», gritaba el joven.

La manifestación contó con la presencia de varios políticos del Ayuntamiento. Del gobierno, el alcalde Pau Ricomà, el concejal de Urbanismo Xavi Puig y Paula Varas, concejala de Nueva Ciudadanía, también asistieron para mostrar su apoyo a la comunidad negra. «Desde el principio nos hemos adherido y nos hemos organizado para venir a la manifestación», explicaba Varas, que lamentaba que «el tema del racismo está presente en Tarragona y tenemos que erradicarlo cuanto antes mejor». Según Varas, lo más importante es que un grupo de personas se ha organizado a raíz de la muerte de George Floyd, y explicaba que a la manifestación de Tarragona se sumaron la Asociación de Ghaneanos, la de Senegaleses, la Alianza por la Libertad y los Derechos, la comunidad marroquí, la Coordinadora Latina y la comunidad uruguaia. «Es muy importante que se vea que hay gente que se siente discriminada», decía Varas, que señalaba que desde Nueva Ciudadanía se organiza la Mesa de Interculturalidad que se celebra mensualmente y se hacen muchas actividades.

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