Delincuencia
Una ocupación en la calle Ferrers dispara la inseguridad en la Parte Alta
Los ocupas tienen a los vecinos «aterrorizados» y desde el Ayuntamiento señalan que ya se ha denunciado y está en manos de la justicia
Pocos días antes de que empezara el estado de alarma, el 14 de marzo, un grupo de personas ocuparon ilegalmente el edificio situado en el número 7 de la calle Ferrersde la Parte Alta de Tarragona. Según los vecinos, la situación de inseguridad en la zona es cada vez mayor, ya que la ocupación va acompañada de delincuencia, peleas y tráfico de drogas. Además, este no es el único edificio que se encuentra en esta situación en la calle, ya que hace un tiempo también se ocupó ilegalmente el número 41.
Uno de los vecinos de la zona, que también tiene un negocio en el barrio y que prefiere mantenerse en el anonimato, asegura a Diari Més que «tienen a la gente aterrorizada». Concretamente, el número 7 es el edificio que hace esquina en las escaleras de En Arboç. Según este vecino, no se trata de gente joven, sino que los ocupas «ya son mayores», y lamenta que, conociendo la situación del Rancho Grande , esta problemática se extienda de esta manera. «Todavía es controlable», defiende sin embargo. Además, el vecino del barrio explicaba que ahora, después del confinamiento, es cuando esta situación de inseguridad, «que se está multiplicando en la Parte Alta», se haga más evidente, y alerta de las consecuencias que eso puede tener en los mismos vecinos, ya que «ahora no hay turistas a quien robar. Es un problema que afecta a los vecinos, pero también al comercio y la restauración, y es un problema de ciudad porque esta delincuencia se extiende a otros barrios». En este sentido, el vecino dice que «me consta que el Ayuntamiento de Tarragona, la Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra tienen constancia y están trabajando, pero es un problema social, ya que hay un sistema al cual pagamos impuestos pero esta gente sale de los centros de acogida sin trabajo ni papeles».
Otra vecina de la zona, de edad avanzada, también asegura estar «mal». En su caso, hace unos meses, los ocupas del número 41, de la misma calle de Ferrers, intentaron entrar en su casa por la cornisa, por el balcón, pero los vecinos pudieron alertar a tiempo a la policía y conseguir que no entraran en el piso. «Desde entonces vivo con un miedo que no me aguanto», lamenta, nerviosa,la vecina, que añade que «ahora tengo pedida una puerta metálica para ponerla en el balcón, que además en verano lo tendré que tener cerrado». Explicaba también que el resto de vecinos de la calle se encuentran en la misma situación de miedo e inseguridad.
Por otra parte, Agnès Llorens, vecina de la calle Cavallers, explica que días antes del confinamiento le intentaron robar su bicicleta eléctrica. Llorens relata que fueron los trabajadores de un restaurante quiénes la avisaron de que unos chicos intentaban forzarle la cerradura de la puerta de entrada en casa y que, al llegar, pudo ver que se trataba de MENA,los menores extranjeros no acompañados, pero desconoce si son los que ocupan el 7 de la calleFerrers, paralelo al que vive ella. «No es que me sienta insegura en el barrio pero sí que a raíz de este episodio, demuestra que conocían que vivo allí y me han vigilado, tengo más miedo», asegura Llorens.
Sobre la problemática de las ocupaciones en el casco antiguo de la ciudad, el presidente de la Associació de Veïns de la Part Alta, Manel Rovira, lamenta que «la batalla está perdida». «El Ayuntamiento y los Mossos d'Esquadra son conscientes de la situación y los tienen fichados, pero en muchos casos, si el propietario no lo denuncia, no pueden hacer nada», asegura Rovira. No obstante, el presidente de la entidad vecinal explica que este edificio del número 7 de la calle Ferrerses el más problemático. «Me consta que hay dos más, uno en la plaza de Sant Antoni y uno en la calle del Arcde Sant Bernat», dice Rovira, de los cuales cree que no tienen consecuencias tan negativas para el barrio, más allá de dejar la basura y trastos en la misma calle, en el caso del edificio del Arcde Sant Bernat.
La ocupación ya está denunciada
Por su parte, el concejal de Seguretat del Ajuntament de Tarragona, Manel Castaño, aporta un poco de esperanza a la situación. «Con respecto al número 7 de la calle Ferrers, ya hemos contactado con el propietario y ha denunciado la ocupación ilegal, lo que supone el pistoletazo de salida del proceso y ahora será el juez quien ordene la desocupación de la vivienda», anuncia Castaño a esta redacción. El edil de ERC explica que la semana pasada «el mismo alcalde Pau Ricomà fue quien se reunió con los vecinos, concretamente con la asociación Farts de Soroll, es decir que el compromiso del Ayuntamiento es solucionar esta situación sí o sí». Es más, Castaño reconoce que es la ocupación que más consecuencias negativas tiene ahora mismo para el barrio y asegura que Mossos d'Esquadra y Guardia Urbana patrullan constantemente la zona «para hacer presión».