Los locales de ocio nocturno de Tarragona reabren sin pista de baile y con un tercio del aforo

La seguridad y la higiene es una de las principales preocupaciones por los empresarios. En la discoteca Totem de Tarragona han elaborado «un planespecífico a partir del plan de contingencia que ha hecho la empresa de riesgos laborales», tal como ha comentado Christian Compte, propietario del establecimiento. Desde Totem también han apostado por poner mesas y sillas por todo el espacio y la pista se ha distribuido «como si fuera un reloj». Por los alrededores se ha creado un pasillo por el cual los clientes pueden transitar para ir al lavabo o a la barra a pedir las consumiciones. En la entrada hay gel y se venden mascarillas a un euro, «paraquien no la lleve de casa». También se toma la temperatura a los clientes en el momento de acceder al interior del local.

Esta semana los trabajadores han tenido que hacer un curso sobre cómo higienizar los espacios comunes. Aparte, los vasos se tendrán que lavar a más temperatura dentro el lavavajillas para garantizar la desinfección. En los últimos días también se han tenido que desinfectar los establecimientos. Nosotros fumigamos periódicamente, normalmente hacia junio que es cuando acabamos la temporada de conciertos, y ahora lo hemos adelantado. Además, también hemos hecho la requerida por la covid-19», ha detallado Lopera. En la Sala Zero, además, disponen un sistema de extracción que les permite renovar todo el aire de la sala en dos minutos. «Normalmente lo utilizamos cuando acaba un concierto, pero ahora quizás lo haremos más sistemáticamente», avanza al responsable de la sala.

Con el negocio en funcionamiento, una de las preocupaciones que ahora tienen los empresarios es como responderán los clientes. «La gente tiene que perder el miedo. Se tienen que seguir manteniendo todas las medidas de seguridad y se tiene que tener cuidado, pero ahora es momento de recuperar la normalidad», ha valorado Compte. A nivel económico el aforo limitado no les ayuda, y tanto Comptecomo Lopera han apuntado que con un 33% de empleo es difícil que puedan cubrir los gastos. «Confiamos en que de aquí unos días nos permitan poder tener un 66%», ha concretado el responsable de Totem.

Situación extraña

Para los clientes, volver a entrar en un local de ocio nocturno después de tres meses ha sido extraño. Y especialmente difícil ha sido ver el establecimiento donde habitualmente bailan con mesas y sillas. En el Totem, incluso han clausurado con cintas el acceso al podio. «Se hace difícil estar aquí y ni siquiera poder bailar, ha comentado Sílvia, una cliente de la discoteca. En la Sala Zero, Clàudia ha indicado que «estar sentado sin poder moverte es complicado», y se ha mostrado resignada a habituarse.

Reorientación del negocio

Algunas discotecas del Camp de Tarragona han variado su enfoque comercial durante la pandemia y ya hace unos días que han abierto. Es el caso de Sabana y La Fàbrica, en Reus, que ahora ofrecen la opción de cenar en el establecimiento, con reserva previa. En Salou, Tropical ha apostado por una opción similar, mientras que La Cage ha abierto este viernes sirviendo cócteles, gofres y crepes en su terraza. Otra de las discotecas icónicas de Salou, Flash Back, volverá a la actividad este sábado, con menos aforo y sin zona de baile, que compensarán con una ampliación de las zonas privadas que se tendrán que reservar previamente.

De momento, sin conciertos

Lo que no devolverá de momento en la Sala Zero son los conciertos. Tampoco lo harán en otras salas del Campde Tarragona, como la Red Star de Valls. Aunque la administración lo permite, el hecho de que tan sólo pueda haber un tercio del aforo y los cambios hechos en la programación al inicio de la pandemia lo hacen inviable.

«Creemos que es mejor preparar la próxima temporada. Hemos cancelado 43 conciertos y muchos los hemos pasado a en septiembre y en octubre. En verano, si sale alguna idea nos lo plantearemos, pero de momento no», ha valorado Lopera. Una salida similar es la que han escogido los propietarios de la Red Star. Uno de los propietarios, Edu Ortega, ha señalado que «si eso dura hasta en septiembre o en octubre, podremos aguantar económicamente», pero se les está acabando el margen de maniobra. Los responsables de los establecimientos ya han empezado a tramitar la documentación para intentar cobrar ayudas, pero son conscientes de que tardarán meses al llegar.