La reforma de la calle Orosi de Tarragona prioriza el espacio destinado a los peatones

La calle Orosi cambiará su fisonomía actual por la de un espacio donde los peatones tendrán prioridad ante los vehículos y las aceras estarán a la misma altura que la calzada, generando una única plataforma. Esta iniciativa forma parte del Plan Integral de la Parte Baja que el Ayuntamiento de Tarragona está elaborando y prevé, entre otras medidas, la sustitución del cableado eléctrico aéreo por uno soterrado y el cambio de la cañería de agua de fibrocemento, un material prohibido para contener amianto. También prevé la desaparición de las plazas de aparcamiento de vehículos actualmente existentes.

El Ayuntamiento ha iniciado los trámites para la redacción del proyecto definitivo. Las empresas que opten tendrán que presentar su propuesta el día 6 de julio como mucho y, una vez decidida la firma ganadora, esta dispondrá de cuatro meses para aportar las características técnicas y urbanísticas de la intervención.

«La voluntad es hacer de la calle Orosi un espacio agradable para las personas, tanto de paso como de estancia», manifestó en esta redacción Xavi Puig, concejal de Territori. «El cambio que queremos para la ciudad empieza por la Parte Baja», dijo.

El responsable del urbanismo municipal comentó que «trabajamos en el Plan Integral, que será el gran paraguas para planificar los cambios que se tienen que hacer en la Parte Baja y que afectan muchos aspectos, como el urbanístico, al comercial o el de la vivienda». Mientras se establecen las líneas que marcarán el desarrollo del Plan Integral, «empezamos por la reforma de la calle Orosi, como hemos acordado con la asociación de vecinos y la Red Marina, con quien interlocutamos». «Tenemos que dignificar esta calle que es la entrada a la ciudad por la estación y que está sucia y dejada», remarcó Puig.

El concejal de Territorio remarcó que «cambiaremos la calle Orosi y haremos que gane protagonismo con medidas amables». Puig destacó que «trabajaremos por arriba y por debajo». En este sentido, anunció que «facilitaremos la salida de aguas para evitar inundaciones a la Parte Baja» y se sustituirá la actual cañería de fibrocemento, un material prohibido para contener amiantos.

El objetivo es «pacificar» una calle que enlaza la estación del ferrocarril con la calle Apodaca y por donde transita un elevado número de personas, sobre todo viajeros que utilizan el tren en sus desplazamientos. «Las obras empezarán el próximo año, pero si podemos se iniciarán antes de que acabe en el 2020», dijo Monte.