Diari Més

El arzobispo de Tarragona lamenta que algunos ancianos han muerto «literalmente abandonados»

Planellas carga contra residencias que sólo buscan «negocio» y pide reflexionar sobre la situación de los mayores

El arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, en una imagen de archivo.

El arzobispo de Tarragona lamenta que algunos abuelos han muerto «literalmente abandonados»ACN

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El arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, pide «una revisión profunda» sobre la situación de las personas mayores y hace un llamamiento a recuperar «el ciclo de solidaridad entre nuestros abuelos, padres e hijos, y no dejarles simplemente mal aparcados en una esquina de nuestros geriátricos». En la carta dominical de esta semana, Planellas constata que la Covid-19 ha sacado a la luz el «padecimiento» de muchos ancianos en residencias que, critica, «han nacido como un simple negocio» en algunos casos. El arzobispo también apunta que la pandemia ha hecho que algunos de ellos murieran «literalmente abandonados». «Otros han muerto solamente en una cama de hospital, sin el calor de ningún familiar, acariciados tan sólo por una máquina y, en el mejor de los casos, por algún sanitario», ha añadido.

Planellas ha insistido en que no tiene «ánimo de generalizar» «ni despreciar el altruismo de instituciones y de determinadas fundaciones -algunas de ellas religiosas-», pero ha afirmado que hay que constatar que «bastantes residencias han nacido como un simple negocio». «Incluso los medios han publicado que hay que pertenecen en fondos denominados buitre, que cotizan en la bolsa y ahorran todo lo que pueden en los cuidados», ha señalado.

El arzobispo ha asegurado también que, en algunos casos, la realidad desmonta las argumentaciones que defienden que las residencias eran «unos espacios ideales donde las personas mayores iban porque prefería tener la vida solucionada, la comida a punto y la cama arreglada». «A la hora de la verdad, nuestra sociedad opulenta y del bienestar, atada al mismo tiempo a una bajada de la natalidad, a una cultura urbana y a la emancipación de las generaciones jóvenes, ha ido rompiendo el ciclo natural de la solidaridad generacional. Esta ruptura ha comportado en ocasiones confinar en geriátricos a nuestras personas mayores, después de haberlos exprimido», ha alertado.

«Hay personas dependientes que, generalmente, después de grandes renuncias y sufrimientos, la única alternativa viable es ingresarlos en una residencia. Sin embargo, por otra parte, también hay muchos ancianos, con buena movilidad de cuerpo y de cabeza, que son llevados, porque se considera la mejor solución, la mejor que la familia se inventa simplemente para conseguir un grado mayor de unmal llamado 'libertad'», recoge la carta dominical.

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