Patrimonio
La embajada británica hace obras de mejora en el Cementeri dels Jans de Tarragona
La intervención afecta a los muros perimetrales, los arcos de las puertas de las criptas y la fachada
La embajada británica en España financia las obras de consolidación de estructuras del conocido como Cementeridels Jans, localizado en el paseo Rafael Casanova y que tiene su origen en la Guerra de Sucesión (1701-1714). El cementerio es propiedad de la Corona Británica y se trata del cementerio protestante más antiguo del Estado. El último entierro se hizo en 1992. El inicio del proyecto estaba previsto para el pasado mes de febrero, pero la pandemia de la COVID-19 y el decreto de alarma decidido por el gobierno del Estado obligaron a aplazar la intervención.
Las obras, actualmente en curso, afectan a los muros perimetrales y la fachada, los arcos de las puertas que conducen a las dos criptas, las escaleras, las barandillas y los cierres. En marzo del 2018 el consultado de Barcelona también hizo una intervención que consistíaen arrancar palmeras y otros árboles en mal estado y que afectaban negativamente a las estructuras del cementerio.
Las que se llevan a cabo este 2020 no son las únicas intervenciones de mejora del cementerio protestante que se han hecho a lo largo de este siglo. Hace una década se procedió a mejorar las condiciones de las criptas donde se encuentran las tumbas. En algunas se repintaron los nombres de las personas enterradas y la fecha de la inhumación, y en otros, bastante deterioradas, se colocaron cartones de manera provisional con datos correspondientes a los difuntos enterrados.
El cementerio protestante de Tarragona tiene su origen en la presencia del ejército inglés para defender la ciudad y que llegó en 1709. El primer cementerio acogió los restos de soldados ingleses que lucharona favor del archiduque de Austria y pretendiente a la corona de España, quien se enfrentaba a Felipe V, quien resultó el ganador del conflicto bélico e instauró la presencia de la dinastía borbónica. Con el tiempo, también han encontrado su lugar de descanso en el cementerio tarraconense representantes de las administraciones británicas, turistas y personas que perdieron la vida en accidentes de tráfico.
Los primeros entierros se hicieron en las proximidades de las murallas y, posteriormente, se trasladaron a una pedrera localizada cerca de las instalaciones portuarias, y se amplió en 1808. Los restos se reubicaron en el emplazamiento actual, en el paseo Rafael Casanova. En 1850 el Ayuntamiento cedió el terreno a la Corona Británica. Los fortines de la Reina y de Sant Jordi, también británicos, fechan del mismo periodo histórico.