Historia
Tarragona rinde homenaje a los héroes del asedio de 1811 con una ofrenda floral
El alcalde Ricomà dice en el acto en los caídos en la Guerra del Francés que «la próxima historia de la ciudad se escribirá con una maravillosa polifonía»
El monumento que la ciudad de Tarragona dedica a los Héroes de 1811, obra del escultor morenseJulio Antonio, ha sido este domingo escenario del homenaje que se rindió a los defensores que lucharon durante el asedio de la Guerra del Francés. La ofrenda floral de las entidades estuvo marcada por las medidas de seguridad adoptadas a causa de la pandemia de la COVID-19 y se suprimieron actividades como la concentración de timbales y el desfilede velas hasta las escaleras de la Catedral, donde tuvo lugar la batalla final.
El presidente de la Asociación del Setge de Tarragona 1811, Jaume Costa, comentó a esta redacción que «este año hemos tenido que hacer un acto discreto, pero el próximo año, en el que se cumplirá el 210 aniversario del asedio, será más lucido». En su intervención, Costa dijo que, «un año más hacemos nuestro sentido homenaje».
Por su parte, el alcalde de Tarragona, Pau Ricomà, habló del «terrible asedio de 1811» y del monumento que la ciudad dedica a los héroes, «que habla de dolor, grandeza, piedad y voluntad de ser». Ricomà se refirió a la ciudad actual, multirracial y con diversidad de orígenes, y dijo que «la próxima historia de Tarragona se escribirá con una maravillosa polifonía».
Muerte y destrucción
Tarragona vivió uno de los episodios más cruentos de la Guerra del Francés. El mariscal Suchet asedió la ciudad y esta sufrió un asedio feroz entre los días 4 de mayo y 28 de junio de 1811. Antes, cayeron Girona y Lleida, y Barcelona lo hizo en 1808, lo cual supuso la retirada del ejército hacia Tarragona, que pasó de tener 10.000 habitantes cerca de 30.000 cuando se inicia el asedio.
El apoyo de la flota inglesa comandada por Edward Codrington, fue insuficiente. Los hombres de Suchet iban ganando terreno y conquistaron el Fortín de la Oliva el 29 de mayo, El 28 de junio del mismo año, después de una resistencia de 55 días, el ejército francés asaltó la PartAlta, provocando una gran matanza y apoderándose el control de la ciudad. Los tres días siguientes fueron de un constante saqueo.
Según una fuente de la época, las bajas francesas, entre muertos y heridos, fueron 4.300. Suchet disponía de más de 21.000 hombres. Las bajas tarraconenses, según escribió Suchet, superó la cifra de 4.000, mientras que los franceses hicieron 9.781 prisioneros, y 1.000 muertos después de la batalla. También hubo asesinatos y cerca de 300 personas perdieron la vida por ahogamientocuando trataban de huir por mar. El gobernador Juan de Contreras, herido de bayoneta en la puerta de Sant Magí, fue hecho prisionero. Durante la ocupación, la población de Tarragona quedó reducida casi a su más ínfima expresión y, en la retirada, el ejército francés destruyó el Castillo del Patriarca, dinamitó parte de los restos arqueológicos del conjunto Circo-Pretorio y no pudieron hacer lo mismo con la capilla de Sant Magí porque no se produjo la explosión.
Estos hechos convirtieron Tarragona en una ciudad con graves daños urbanísticos y humanos que tardó dos generaciones a recuperarse, hasta el último tercio del siglo XIX.