Establecimientos
La Cistelleria Joan Rosell cierra después de un siglo y medio de actividad comercial
La tienda centenaria estaba en la calle Apodaca
La Cistelleria Joan Rosell, fundada el año 1867 por Antoni Veciana y localizada en el número 7 de la calle Apodaca, ha bajado la persiana después de mantener la actividad más de un siglo y medio. Este no será el único establecimiento emblemático de la Parte Baja que cerrará, ya que los propietarios de la Botiga del Barri se plantean correr la misma suerte.
La cestería se ha mantenido operativa a lo largo de 153 años. Después de Veciana, el establecimiento perteneció a Pere Rosell, que la adquirió en 1922. Joan Rosell forma parte de la tercera generación de la familia que ha sido al frente de la tienda de Apodaca, según informó el blog del Barrio del Puerto.
La presidenta de la asociación de vecinos, Carme Puig, manifestó ayer miércoles a esta redacción que «me sabe muy mal que cierre una cestería que he conocido toda la vida». Puig recordó que «hace unos años se encontraba cerca de la plaza de los Carros, al lado de la Sandoval, que se dedicaba al mismo sector».
La presidenta de la entidad vecinal comentó que «conocí al padre –de Joan Rosell- cuando la cestería estaba al final de Apodaca, y también la han llevado un hermano y una hermana de Joan». «Es una lástima que cierren tiendas como la cestería, que formaba parte del barrio», decía.
La evolución del mercado hace que las tendencias comerciales cambien y que haya sectores que no puedan adaptarse a los nuevos tiempos. De hecho, en los años cincuenta del siglo pasado Pere Rosell va intruir el sector de la cestería cuando el del esparto se empezaba a tambalear. Su decisión ha sobrevivido hasta el siglo XXI.