Enseñanza
Educación licita la sustitución del 1,8 km. de tragaluces del INS Pere Martell
Conforman todo el techo del edificio y su estado empeoró con la explosión en IQOXE
El Departamento de Educación de la Generalitat de Catalunya ha sacado a licitación las obras de sustitución de los tragaluces de la cubierta del Instituto Pere Martell, en el Complejo Educativo de Tarragona. Estas se encuentran en mal estado de conservación y algunos de los elementos presentan un evidente riesgo de desprendimiento, una problemática que se vio agravada con la explosión de la planta de IQOXE, el pasado 14 de enero. El valor estimado del contrato es de 567.558,70 euros.
Al día siguiente mismo del accidente, el conseller de Educación de la Generalitat se comprometió a actuar de manera inmediata en el centro con el fin de garantizar la seguridad de los alumnos y del profesorado, y se hizo colocando una red para protegerlos en caso de desprendimiento de las claraboyas. Estas conforman la totalidad del techo del instituto y llegan a 1,8 kilómetros de longitud: son nueve tragaluces de 200 metros cada una.
El plazo de ejecución de las obras es de dos meses desde el inicio de estas y, teniendo en cuenta que tan sólo se ha licitado el proyecto, la sustitución no habrá finalizado cuando empiece el curso 2020/21. El director del centro, Àngel L. Miguel Martínez, reconocía a Diari Més que lo ideal sería que esta actuación se llevara a cabo durante el periodo de vacaciones, pero conocedor de la realidad explicaba que habrá que conjugarla con el retorno a las clases. Con relación al hecho de que las obras se liciten casi seis meses después del accidente en IQOXE, Miguel comentaba que «es un tema de contratación pública, en el cual hay muchos trámites, y más teniendo en cuenta que durante todo el estado de alarma los procedimientos administrativos han estado parados».
El director del centro del Complejo Educativo añadía que, además del problema de seguridad por el riesgo de desprendimiento, el mal estado de los tragaluces también tenía consecuencias negativas en la eficiencia térmica del centro, ya que a través de estas se marchaba mucho calor de la calefacción de las instalaciones.
Finalmente, Miguel celebraba que el mes pasado ya se iniciaron las obras de sustitución de los ventanales de la fachada norte de la primera planta del edificio A, unas obras que sí que estarán acabadas antes de que empiece el curso. «Este tema viene de hace tres años y se trata de cambiar unos cierres que son originales de la laboral y el problema estaba relacionado también con la seguridad y la confortabilidad térmica del edificio», finalizaba Miguel.