Salud
La atención primaria sufre saturación de llamadas según los sindicatos
Varios sindicatos piden a la administración que el cambio de modelo dictado se aplique en «consenso» con los profesionales
Desde la puesta en marcha de las medidas para controlar el acceso a los centros sanitarios por la pandemia de la COVID-19 no se ha conseguido que los usuarios de la atención primaria se acostumbren al nuevo modelo. Es la visión de los trabajadores, a través de sus sindicatos, que alertan de que se está incrementando la carga de trabajo a los profesionales al imponer un ritmo de llamadas a pacientes que consideran insostenible por la duración corta de la atención telefónica y por el colapso de las líneas.
En una entrevista a Diari Més, el gerente de la región sanitaria del Campde Tarragona, Ramon Descarrega, reconocía la semana pasada que la virtualidad «ha llegado para quedarse» y que la presencialidad tendrá que ser «para cosas imprescindibles», pero la transformación «precipitada» ya está generando «conflictos» no sólo con los usuarios sino también con el personal. El objetivo final es que su agenda la lleve el mismo profesional y que no sea el paciente quien tenga acceso «libre», una idea que no es compartida por todo el sector.
Francesc París, portavoz del sindicato Metges de Catalunya (MC), explica que la situación para ellos empieza a parecerse a los tiempos previos a la huelga del año 2018, en qué precisamente los médicos de primaria reclamaban menos visitas y más contrataciones. «El problema es que no se ha explicado», se lamenta, «se sigue diciendo que es provisional». «Si se quiere hacer telemáticamente tienen que mejorar muchísimo los recursos de los que disponemos», añade. En este sentido, una de las reivindicaciones de que hará este sindicato es que las llamadas «no puedan ser ilimitades, nadie puede hacer nada sin un tiempo asignado y aquí es donde habrá discrepancias».
En este sentido, aboga por un «pacto» no tan sólo en los tiempos sino también en los porcentajes entre consultas telemáticas y presenciales. Esta apuesta por el «consenso», al mismo tiempo, es compartida por el CATAC. MC, sin embargo, va más allá, y pide que sea el mismo profesional quien decida si quiere hacer o no consultas telemáticas. Hay especialidades, destaca París, que «podrían funcionar muy bien con los recursos adecuados». «Tendríamos que sentirnos cómodas en esta situación», concluye.
Por su parte, Margaritza Chávez, responsable de Sanidad en UGT, afirma que la nueva manera de trabajar «es muy difícil con los profesionales que tenemos» y que se está notando la falta de efectivos. «Durante años han acostumbrado a los usuarios a qué vayan al CAP para todo y ahora se quiere cambiar rápidamente», se lamenta. Desde de UGT no están en contra de los cambios porque el sistema «estaba masificado», pero ahora mismo «hay gente que se queda más allá de su jornada laboral para acabar de hacer las llamadas asignadas».
Más presencia en los hospitales
El CatSalut ha hecho en varias ocasiones campañas para pedir a los usuarios que no colapsen las Urgencias de los hospitales y que antes vayan al CAP. Según Margarita Chávez, «la presencialidad en los CAP y en las Urgencias de los hospitalts se ha incrementado» y el usuario «sigue» yendo «donde esté» para que lo atiendan cuando él cree que lo necesita. Este fenómeno se produce más en zonas urbanas, ya que, dice la responsable de UGT, «en los pueblos están más acostumbrados a ser atendidos por teléfono». Maurici Sabaté, delegado sindical de primaria de CATAC, se queja de que «cuando a la gente no se le explican las cosas, esta gente va a las puertas de los CAP y se aglomera». Una de las posibles causas es «la dificultad de accesibilidad» de algunas personas para pedir cita previa y aquí es donde las zonas menos pobladas y los usuarios más envejecidos lo tendrán peor. Al mismo tiempo, también se han reducido pruebas como el control de la tensión o a los diabéticos.
En este sentido, Marisa Cañón, miembro delGrup de Treball en Defensa de la Sanitat Pública de Tarragona, explica que «introducir las barreras telemáticas deja fuera y dificulta el acceso a las personas mayores y de quien no tiene conocimientos ni medios de quien físicos».
Falta de exploración física
Una de las consecuencias de estos cambios es como todo afectará a la medicina y a la enfermería, donde hasta ahora se había priorizado la exploración física. «Nos han obligado a obviarla», afirma el responsable de MC, «no hay argumentos para defender eso, es lo que nos han explicado en las facultades». De hecho, de momento ni siquiera está disponible la «videoconsulta» y algunas líneas telefónicas se colapsan y eso «pone nervioso a los profesionales».
Algunos lo están porque ni siquiera están preparados para estos cambios, según explica Sabaté. «La atención primaria no volverá a cómo había sido hasta ahora», comenta, «ya nos habían obligado a hacer cambios cuando la primera evaluación la empezó a hacer enfermería o cuando se informatizó el sistema y se decía que los médicos miraban más el ordenador que el paciente». Sin embargo, el delegado de CATAC considera que «no se puede llevar todo detrás de una pantalla» y que la atención a distancia genera «inseguridad» en la práctica médica.
«Ya estaba planificado»
En una cosa en que coinciden todos los sindicatos es que el cambio de modelo «ya estaba planificado anteriormente al coronavirus» y, según Francesc París, «ya se estaba llevando a cabo una prueba piloto» antes de la pandemia. Si finalmente se aplica más allá de la pandemia, los profesionales esperan la reacción de los alcaldes de los municipios que acogen consultorios –que ahora han reducido considerablemente las horas de atención– o, incluso, de los colegios profesionales. «Tienen que jugar un papel importante». Por su parte, Marisa Cañón cree que «se trata de una decisión que sólo busca ahorrar recursos y no mejorar la prestación del servicio sanitario» y que no se mantendrá el vínculo con un solo profesional.