Religión
La Generalitat da luz verde al centro de culto islámico de Tarragona
Ahora el pleno del Ayuntamiento tendrá que aprobar definitivamente el proyecto de instalación de la mezquita en Sant Pere i Sant Pau
La Comisión Territorial de Urbanismo de la Generalitat de Catalunya en Tarragona emitió el pasado mes de junio un informe favorable al expediente del Plan especial por la instalación de un centro de culto islámico a un local de la escalera C del bloque Sant Andreu de Sant Pere i Sant Pau. De esta manera, el ente urbanístico del gobierno catalán mujer luz verde a un proyecto que viene de lejos y que, además, ha causado bastante reticencia entre vecinos de la zona y el Grupo Municipal del Partit Popular. Ahora, sin embargo, los servicios técnicos del Ayuntamiento de Tarragona están redactando los informes municipales para resolver las alegaciones presentadas al proyecto y, una vez respuestas, hará falta que el pleno del consistorio apruebe definitivamente la implantación de esta mezquita en el barrio del norte de la ciudad.
En el mes de enero de 2019, la Comunidad Islámica Assalam ya presentó una propuesta para la implantación de este centro de culto en un local de planta baja de la calle Miquel Servet número 16. El proyecto sin embargo, fue rechazado por el consistorio porque no cumplía con la normativa urbanística, ya que el local no disponía de una entrada directa desde la calle y sólo se podía acceder a través de las zonas comunes del edificio. El artículo 100B del Plan de Ordenación Urbana Municipal exige a todos los centros religiosos que dispongan de un acceso directo desde la vía pública, desde donde toda la ciudadanía puede acceder. En el mes de octubre, la comunidad musulmana presentó una nueva ubicación, esta vez en el bloque Sant Andreu, que sí que cumplía las normas urbanísticas municipales.
A partir de aquí sin embargo, varios vecinos de la zona, así como el Grupo Municipal del Partit Popular de Tarragona, presentaron una serie de alegaciones para parar el proyecto. Por su parte, los vecinos lamentaban que el centro islámico podría provocar problemas de convivencia. Concretamente, defendían que en los alrededores del edificio hay un problema de aparcamiento, y este se podría ver agravado con la cantidad de personas que irían a la mezquita. Además, explicaban que también que en Sant Pere y Sant Pau hay cerca de 800 musulmanes y, por lo tanto, se podría masificar el acceso al local, cuándo las aceras ya son demasiado estrechas. Finalmente, también señalaban que el ruido que podrían producir desde el centro de culto causaría molestias a los vecinos de la escalera.
Por otra parte, y en una línea similar, el Partit Popular presentó alegaciones contra la aprobación inicial defendiendo que la normativa municipal vela para residir en una vivienda sin sufrir molestias que perturben la tranquilidad necesaria de un hogar. No obstante, el proyecto de la Comunidad Assalam contempla la insonorización del local y, por lo tanto, los vecinos no tendrían que sufrir molestias relacionadas con el ruido. Desde la agrupación musulmana se han mostrado tranquilos desde el primer momento porque, según explican, el proyecto cumple la normativa del POUM y «por eso creemos que nos acabarán dando la licencia para instalar el centro de culto».
Ahora, aunque lamentan, como ya criticaron en su momento, que la aprobación del proyecto está tardando mucho, celebran el informe favorable de la Comisión de Urbanismo de la Generalitat y esperan que antes del mes de septiembre esté aprobada definitivamente el proyecto de implantación de la mezquita en el barrio de Sant Pere i Sant Pau.