Solidaridad
La Asociación de Vecinos de la Granja recoge alimentos para gente necesitada
La entrega se puede hacer los miércoles en la sede social
La Associació de Veïns de la Granja recoge todos los miércoles entre 300 y 400 kilos de alimentos y productos higiénicos aportados por vecinos de la zona que, posteriormente, entrega a Càritas para que haga la distribución entre las personas más necesitadas. El presidente de la asociación, Francisco Rosillo, manifestó ayer en esta redacción que «mantendremos la recogida mientras la gente contribuya» y apuntó que «si con estos alimentos hacemos feliz a una persona, ya me doy por satisfecho».
La recogida de alimentos se inició hace dos meses, ante la situación que provocó la COVID-19 en familias vulnerables. Rosillo recordó que esta iniciativa «la hacemos todos los miércoles, entre las 11 y las 14 horas, y en la misma participan unas dieciocho personas».
Bernabéu Hurtado es una de las personas que, de manera habitual, hace entrega de alimentos a la sede de la Associació de Veïns de la Granja, en los bajos del número 17 de la calle Gran Canàries. «Vengo cada semana porque hay mucha gente necesitada», dijo, para añadir que «hay un problema en el barrio» a consecuencia de la pandemia. Hurtado se mostró convencido de que «hay que ayudar a los demás» y expresó el deseo de «salir de esta situación cuanto antes mejor».
Poco tiempo después pasó Encarna, quién preguntó a Rosillo si «yo también puedo llevar alimentos». La respuesta fue inmediata y la señora dijo que lo haría. Pasados unos minutos, se presentó en la sede de la asociación cargada con un par de bolsas llenas de productos de alimentación. «Tenemos que colaborar con quien lo pasa mal», comentó Encarna.
Por su parte, Rosillo no dudó en decir «invito a los políticos y la gente con dinero que nos lleve alimentos, ya que ellos pueden hacerlo». El presidente de la entidad remarcó que «la gente es honesta» y explicó el caso «de una mujer mayor que cobra unos 400 euros de pensión y nos trae comer». «La gente que vivió la posguerra sabe que es no tener nada que llevarse a la boca», subrayó Rosillo.
Entre las personas de la asociación que participan de esta experiencia de manera habitual también está Isabel Cañón, Juan Cortés y Juana Plazas, quién dijo «me gusta colaborar». En este punto, Rosillo indicó que «trabajo como autónomo y siempre que puedo vengo», y destacó que «se tiene que dar un abrazo a las personas que llevan alimentos, muchas de las cuales son humildes pero no dudan en compartir lo que tienen, sea más o menos».
El presidente de la organización vecinal comentó también que «hablé con el alcalde Pau Ricomà y le dije que el Ayuntamiento se tendría que implicar más, como por ejemplo dando información de la situación de la gente para que Càritas sepa realmente cuáles son las personas que lo están pasando mal y necesitan recibir alimentos». También por este motivo «es importante que sea Càritas quien haga el reparto de los alimentos que nosotros recogemos».