Sociedad
La Diputació de Tarragona apuesta los próximos cuatro años por la deslocalización y la digitalización
El plan de mandato 2020/2023 recoge iniciativas surgidas por la covid-19 como el teletrabajo y las compras centralizadas
El plan de mandato 2020/2023 de la Diputació de Tarragona apuesta por la deslocalización y la digitalización. La institución valora muy positivamente iniciativas surgidas cerca la pandemia, como el teletrabajo, la tramitación electrónica o las compras centralizadas de material sanitario, hasta el punto que se han convertido en uno de los pilares de su plan estratégico. «Innovador y con sello propio», ha destacado la presidenta Noemí Llauradó. La hoja de ruta de la Diputació para los próximos cuatro años, que se alinea con la Agenda 2030, se ha elaborado de forma participativa con todos los ayuntamientos de Camp y Ebro. Plantea cuatro retos estratégicos y el siguiente paso será definir las acciones concretas. Este jueves el plan se debatirá en el pleno de la institución.
El plan, estructurado en retos y líneas estratégicas, fija las directrices para los próximos años. El primer reto defiende el bien común de todos los municipios de la demarcación. Se engloban políticas de creación de infraestructuras viarias, de energía y de comunicaciones. Muchos alcaldes reclaman disponer de fibra óptica, una de las necesidades que ha aflorado especialmente durante la pandemia. «Evitar el despoblamiento de municipios pequeños y del interior es una de las prioridades de la institución», diceLlauradó.
El confinamiento de la covid-19 ha precipitado toda una serie de medidas de las cuales la Diputació no se quiere desprender, sino al contrario, potenciarlas. De hecho, el segundo reto del plan de mandato pivota alrededor de la transformación digital. La institución quiere impulsar un plan estratégico de administración electrónica -es decir, que la trazabilidad de los expedientes sea digital, tanto de trámites de la institución como de los entes locales- y un plan estratégico de gobierno abierto -un portal que funcione como un observatorio de datos.
En la misma línea, el tercer reto quiere convertir la institución en una organización deslocalizada y digital que acontezca un «referente» en el territorio. Se definirán nuevos espacios de trabajo que faciliten el trabajo transversal, deslocalizado y digital. Finalmente, el cuarto rete apuesta por nuevos servicios, como por ejemplo una central de compras, una experiencia que también se ha probado, con éxito, durante la pandemia. «La pandemia nos ha servido como un banco de pruebas de este plan que ya ha empezado a andar», ha concluidoLlauradó.