El Día del Libro recibe el apoyo de los tarraconenses y llena de vida la Rambla
Libreros y floristas acogen con satisfacción la buena respuesta de los ciudadanos a una jornada que no quieren que se la compare con la Festividad de Sant Jordi
La coca del Banco de España de la Rambla Nova de Tarragona se convirtió ayer jueves en una versión reducida de la Festividad de Sant Jordi, donde libreros, floristas y escritores coparon todo el protagonismo. Cuatro librerías y dos puntos de venta de rosas fueron los únicos testimones de una jornada que puso color en el principal paseo de la ciudad. Carles Puigdemont, con M'explico , libro presentado el pasado miércoles, fue el más buscado por los tarraconenses entre las novedades editoriales. También firmó muchos libros el periodista Moisés Peñalver, con Els 155 manaments, una recopilación de los escritos que todos los días publica en la contraportada de DiariMés.
La coca donde se celebró el Día del Libro estaba rodeada con vallas con el objetivo de poder controlar la afluencia de personas que, en el acceso al interior del espacio destinado a los puestos, se les tomaba la temperatura. Los puntos de venta estaban protegidos por mamparas y no se podían hojear los libros como sí que se hace por Sant Jordi, por motivos de seguridad sanitaria. Todo el mundo que pasó por los puntos de venta se mostró comprensible con una situación fuera de lo que es habitual.
La librera Gertri Adsera decía a media mañana que de las cuarenta mesa que utiliza por Sant Jordi, ayer eran 8, y comentó que la distribución del espacio decidido por el Ayuntamiento de Tarragona «ha quedado muy bien» y apuntó que «por Sant Jordi estaría bien juntar todas los puestos de libros». Con respecto a las ventas, con un precio reducido un 10 por ciento, Adserà comentó que «es importante que esten repartidas».
Por su parte, Ricard Espinosa, de La Capona, explicó que con motivo del Día del Libro montó una cuarta parte del espacio habitual de Sant Jordi. y comentó que «vender una cuarta parte de libros sería fantástico». Espinosa remarcó que «nada tiene que ver con Sant Jordi». Además, apuntó que con la celebración del Día del Libro «damos ambiente y la gente visualiza nuestro sector, y eso es importante».
Entre las personas que adquirieron un libro, El primer piteu, de Alfons Cama, y rosas, estaba el alcalde de Tarragona, Pau Ricomà. «Es bonito el equilibrio que hay entre la actividad editorial y la seguridad, y hay un buen ambiente», dijo. Ricomà remarcó que con la organización de la jornada de ayer se trataba «de ayudar a los sectores del libro y de la rosa, que están muy afectados por las consecuencias de la pandemia.»
En mesas distribuidas por el recinto, escritores como Joel Santamaría o Jordi Folch firmavan ejemplares de sus últimos trabajos. Santamaríapresentaba Humanofobia, «una novela fuerte que se lee en tres días». El escritor se mostró «agradecido con el Ayuntamiento de Tarragona no ha cancelado esta actividad». Santamaría remarcó que «lo ha organizado de manera tal que resulta más seguro que ir a un súper a comprar». «Estoy satisfecho que se haya hecho esta jornada», remarcó.
Espacio para las flores
Dolors Mohedano también se mostró satisfecha por la venta de rosas. «Pensaba que la Rambla no estaría tan animada, pero la gente tiene ganas de celebrar el Sant Jordi que no se pudo hacer, aunque sea diferente». «Es importante mantener el espíritu de Sant Jordi», afirmó la florista. Y como comentó el librero Ricard Espinosa, «la gente ha venido a comprar».
Anna Garcia fue una de las personas que participaron del Día del Libro. En sus manos llevaba una rosa. «El espacio es petqueño, però agradezco el hecho de que no haya puestos de partidos políticos». Garcia indicó que un paseo por la coca del Banco de España «ha sido agradable». También se mostró satisfecho Josep Amenós, uno de los que adquirió el libro de Puigdemont.