Parlamento
El IQS mantiene en el Parlament que la explosión de IQOXE fue imprevisible
Los autores del informe insisten en que el siniestro se produjo por una serie de factores encadenados
Los autores del informe elaborado por el Instituto Químico de Sarrià (IQS) por encargo de IQOXE sobre la explosión en la planta de La Canonja el 14 de enero insisten en que el incidente fue imprevisible porque se debió a una serie de factores, algunos desconocidos hasta el momento, que se encadenaron. Durante su comparecencia en la comisión de estudio de la seguridad del sector de la petroquímica de Tarragona del Parlament, el catedrático del Departamento de Ingeniería Química y Ciencia de Materiales del IQS, Julià Sempere, ha afirmado este martes que «las actuaciones de aquella tarde fueron las correctas» en la empresa y que ningún experto en seguridad habría predicho que una pieza del reactor se proyectaría a 2,5 kilómetros, hasta Torreforta.
Según se desprende del informe, el siniestro no se produjo por ningún error humano, de seguridad o defecto de maquinaria, sino por «una serie de circunstancias no detectables» que llevaron «a una reacción química repentina, inesperada e imprevisible por el hecho de ser desconocida».
Respondiendo a las preguntas de los diputados, el catedrático Julià Sempere ha repasado la cronología de los hechos ocurridos en el interior del reactor U-3100 durante el proceso de fabricación de MPEG-500 (metoxi polietilenglicol), un producto utilizado en la industria farmacéutica y de cosméticos, entre otros.
El catedrático ha explicado que los trabajadores del turno de mañana hicieron la carga del material y lo dejaron todo a punto para que el personal de la tarde pudiera iniciar la fabricación del producto. «El personal nos transmitió que acabaron el turno a las dos con absoluta normalidad», ha añadido el profesor del Departamento de Ingeniería Química y jefe de seguridad del Instituto, Eduard Serra.
Durante la tarde el reactor entró en un proceso de oscilación. Un hecho «que ya había pasado antes y que no había traído nunca problemas», según Sempere. El detonante fue un incremento de la temperatura del MPEG-500 en la fase final de producción que, al llegar a 300 grados, se descompuso rápidamente y soltó la explosión.
Los autores han insistido en que hasta el momento se desconocía la descomposición del MPEG a unos 300 grados porque es un producto que siempre se utiliza a temperatura ambiente. Serra ha opinado que si eso no se había investigado es porque debido a los usos que tiene «no había habido la necesidad de saber la estabilidad a altas temperaturas». Por eso, el profesor se ha mostrado partidario de analizar la necesidad de una normativa que obligue a determinar este umbral de descomposición en todas las sustancias para evitar, ha dicho, «que un hecho desconocido nos lleve a la explosión de un reactor y a la muerte de tres personas».
POr su parte, Sempere se ha mostrado partidario de revisar los procedimientos. Al ser preguntado sobre la proyección de un fragmento del reactor hasta 2,5 kilómetros de distancia, que causó la muerte de un vecino de Torreforta que se encontraba en su casa, el catedrático ha afirmado que «todos los expertos en seguridad habrían dicho que la posibilidad de que eso pasara era cero». «Era absolutamente imprevisible, ni siquiera creíble que se pudiera llegar a esta distancia», ha manifestado. Por su parte, Serra ha opinado que «ir en coche es infinitamente un riesgo mucho mayor que vivir a un kilómetro de la industria química».
Los dos han defendido también el papel del personal. «Eran veteranos al hacer este tipo de reacción y sabían en todo momento cuándo se tenía que detener o no el proceso. Todos son muy responsables y conocedores del peligro que tienen entre manos», ha afirmado el profesor Serra, quien ha insistido en que todo se desencadenó en pocos segundos y que no hubo margen para detenerlo. Según él, aunque hubiera habido más personal no lo habrían podido evitar. Además, el jefe de seguridad del Instituto también ha afirmado que la sala de control cumplía los requisitos pedidos para el tipo de planta que resultó afectada –una semi bunquerización.
Sempere ha aclarado también que el escape que se detectó aquella misma tarde en una de las bombas del reactor de la planta de derivados no correspondía a materia prima, sino que fue «un pequeñísimo escape de algo similar a un aceite o lubricante del sistema de rotación de la bomba, que el propio personal de mantenimiento informó de que repararía cuándo hubiera tiempo para hacerlo».
Algunos diputados han pedido al IQS que aclare la relación de IQOXE con el organismo. En este sentido, Sempere ha manifestado que IQOXE forma parte de la fundación Empreses IQS «que tiene como misión fundamental ayudarnos a diseñar nuestros planes de estudios». «Su misión no es financiar el IQS de ninguna de las maneras e IQOXE contrató nuestro servicio externo de la división Tech Transfer», ha señalado el catedrático.
El catedrático ha manifestado también que «evidentemente» el informe realizado es «un informe de parte» porque «es encomendado por la empresa con el único objetivo técnico de saber por qué pasó el accidente».
Al ser interpelado respecto de las conclusiones provisionales del juzgado de instrucción, que apunta a supuestos delitos de imprudencia grave con resultado de muerte, lesiones, daños y delitos contra el derecho de los trabajadores, y a la existencia de deficiencias en la seguridad, personal insuficiente o defectos de mantenimiento, los autores del informe han dicho que los testigos con quien se entrevistaron no mencionaron nada de estas supuestas negligencias.
Más comparecencias en septiembre
La presidenta de la comisión, la socialista Assumpta Escarp, ha explicado que intentará programar de cara a septiembre las comparecencias de las entidades vecinales de las poblaciones del entorno del polígono. También ha recordado que están pendientes de la comparecencia de la empresa ahora que ya se ha levantado el secreto de sumario.