El nuevo reglamento abre el cementerio de Tarragona a entierros de cualquier religión

El Cementerio Histórico de Tarragona, nueva denominación acordada por la Fundación Hospital de Santa Tecla, estrena un reglamento que sustituye lo que regía desde el año 1993. La normativa establece la possiblitat de poder enterrar personas de creencias religiosas que no sean la cristiana y destaca la actualización de principios generales como los valores de la universalidad, la seguridad jurídica y la dignidad de las personas, además del respeto al honor, a la intimidad y a la propia imagen.

El cementerio tarraconense alberga un importante patrimonio histórico y es por este motivo que el nuevo reglamento incluye un artículo específico relativo a la preservación y difusión de sus contenidos, desde piezas arquitectónicas de gran valor artístico, la memoria histórica o la recuperación de personajes ilustres que fueron sepultados. En este contexto, hace aproximadamente una década se dignificó un espacio donde están enterradas víctimas de la represión franquista.

El Cementerio Histórico de Tarragona no es el único activo que hay en la ciudad. También ni ha una de religión protestante que es propiedad de la Corona Británica y que tiene sus orígenes en la Guerra de Sucesión. Recientemente, se ha procedido a la restauración de estructuras del edificio mortuorio existente en el paseo Rafael Casanovas, entre el Fortín de Sant Jordi y la playa de la Arrabassada. El coste económico resultado de la ejecución del proyecto de mejoras fueron a cargo de la embajada británica.

Origen bélico

El origen del actual cementerio católico también tiene que ver con un conflicto bélico y sustituyó lo que había en la Calle de las Coques, conocido siglos pasados como Calle del Cementerio. La enorme cantidad de víctimas mortales que hubo durante la Guerra del Francés obligaron a buscar un nuevo espacio fuera de los límites de la ciudad. La construcción del nuevo cementerio se inició en 1809. La primera persona inhumada fue Joan Smith, quien murió el 16 de marzo de aquel año víctima de una epidemia de fiebre. También fueron enterrados Teodor Reding, que resultó herido durante una batalla contra el ejército de Napoleón, y Rosa Venes, quien es considerada como la heroína de la Guerra del Francés.

La Fundación Hospital de Sant Pau i Santa Tecla es la titular desde el 22 de diciembre de 1825 para dar continuidad a la prestación del servicio de cementerio que se remonta a su creación el 15 de diciembre de 1464. La fundación aprobó el primer Reglamento del Cementerio en 1903 y este fue modificado el 14 de mayo de 1993. Entre las novedades que aporta la normativa aprobada en el 2020 hay un apartado que regula la protección de datos de los usuarios y la inclusión de un artículo relativo en los derechos de imagen de todo aquello que se fotografíe o se registre dentro de la necrópolis tarraconense. El documento ha sido publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Tarragona (BOPT) del pasado 21 de julio.

En una apuesta por el futuro, el reglamento actualmente vigente establece «la eliminación de la figura del encargado general con residencia fija dentro del mismo cementerio, que hace décadas que desapareció al quedar obsoleta», según explicó la fundación, para añadir que «las tareas diarias y la gestión del cementerio son ejercidas por un equipo profesional cualificado», de acuerdo con los tiempos actuales. Según apuntó la fundación, «los cambios normativos profundos y la necesidad de adecuación a los nuevos tiempos y a la realidad social actual han aconsejado que el Patronato de la Fundación Hospital de Sant Pau i Santa Tecla haya aprobado el nuevo reglamento».