El Santuario de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Tarragona recupera la fachada de 1862

La fachada del Santuario de Nuestra Señora del Sagrado Corazón , localizado en la calle Méndez Núñez y que contiene en su interior la única obra de Antoni Gaudí en las comarcas de Tarragona, recuperará las características que tenía el original del año 1862, obra del arquitecto Ignasi Jordà Harnalic. Parte del revestimiento de la parte superior de la fachada se desprendió en el 2018 y el Ayuntamiento hizo un requerimiento para arreglar los desperfectos. Antonio Martínez Subias, cura rector del santuario, asesor para el patrimonio artístico de la Archidiócesis de Tarragona y canónigo responsable del patrimonio artístico de la Catedral, manifestó ayer jueves en esta redacción que «pensaba que se tendría que arreglar sólo la parte más alta, donde se produjeron desprendimientos que nunca fueron de piedras, pero la sorpresa fue que el Ayuntamiento dijo que se tenía que intervenir en toda la fachada».

El proyecto, presupuestado en 60.148 euros, fue encargado al arquitecto Jorge Portal Liaño. Las obras han empezado esta semana y el objetivo es que hayan finalizado dentro de dos meses. La Diputación aporta una partida económica de 25.000 euros, la Generalitat de 10.000 y el fondo común diocesano otros 5.000 euros. Martínez Subias comentó que «el Ayuntamiento no hace ninguna aportación» y para financiar la obra «hemos pedido un préstamo bancario de 40.000 euros a retornar en cuatro años, mientras que el Arzobispado adelanta 15.000 euros». El cura rector del santuario se mostró «muy satisfecho de la aportación que hizo a la Diputación que presidía Josep Poblet, así como la de la Generalitat». El proyecto fue encargado a la empresa Serk6. La covid-19 ha implicado un ligero retraso en el inicio de la intervención arquitectónica que implicará aportar una nueva imagen en la fachada del santuario de Méndez Núñez.

Martínez Subias resaltó que el proyecto contempla «la recuperación de las ménsulas del frontispicio, se limpiará la piedra natural de la planta baja y de la entrada de la iglesia, así como el balcón y las ventanas del primer piso, y se repondrá la fachada de las plantas segunda y tercera».

Testigo del novecentismo

El máximo responsable del santuario remarcó en esta redacción que «será el único testigo del conjunto que integraba la fachada del antiguo Colegio a Jesús y Maria, actual Pau Delclós, y de la parte del edificio que había en la calle Armanyà».

Además, comentó que cuando se construyó el nuevo edificio escolar «se tendría que haber derribado por dentro, pero conservandotoda la fachada de 1862 que ahora es de color azul, porque lo que queda del edificio original es una muestra de la poca arquitectura noucentista que todavía tenemos en la ciudad».

Peligra la obra de Gaudí

El cura rector del santuario de Méndez Núñez hace años que alerta de las humedades que sufre este edificio y el adyacente. «Sería imperdonable que la única obra de Gaudí en las comarcas de Tarragona se estropeara definitivamente si no se encuentran las causas de unas filtraciones con que provocan unas patologías que suframos todos, nosotros y los vecinos del edificio del lado».

Martínez Subias explicó que «lo más urgente es solucionar las filtraciones enormes de agua que afectan a toda la planta de la iglesia y los edificios que dan a Pons d'Icart». «Cuando llueve, todos sufrimos las consecuencias de estas escandalosas filtraciones», apuntó, para insistir en decir que conviene encontrar una solución cuanto antes mejor.

Martínez Subias recordó que el año 2018 el Ayuntamiento, junto con la empresa Ematsa, «hizo unas catas por debajo del edificio, pero todo quedó en un informe». «Espero que por el bien de todos, de la iglesia y de los vecinos, el Ayuntamiento adopte las medidas necesarias para averiguar el origen de las filtraciones de agua», añadió. También dijo que «actualmente el Ayuntamiento está haciendo un informe», pero el tiempo corre en contra del patrimonio único que alberga el santuario. Además de ser la única obra de Gaudí en Tarragona, también es el primer trabajo que llevó a cabo, incluso antes de obtener el título de arquitecto.

A pesar de todo, Martínez Subias no pierde la esperanza de que un día los problemas de humedades se resuelvan. En el interior de la iglesia, las consecuencias directas son perfectamente visibles.