Pisos de tres y cuatro estudiantes para no tener que pagar más de 300 euros

El inicio de un nuevo curso en la Universidad Rovira i Virgili significa también la búsqueda por parte de los estudiantes de una habitación por la cual no tengan que pagar un precio desorbitado. Eso, sin embargo, sólo se consigue de una manera: compartiendo piso y, a veces, con mucha gente. Se llega así a la conclusión de que, para no pagar más de 300 euros por una habitación donde poder dormir, se tiene que convivir al menos con dos o tres personas más.

Adrian Osuna es un joven de Estepa que este año hará segundo de Medicina en Reus. Explica que pidió el traslado del grado a otra universidad y, por este motivo, dejó el piso en el cual vivía el año pasado. El cambio de centro no se le ha concedido y por eso ha tenido que buscar de nuevo. Osuna, sin embargo, ya ha hecho el trabajo este verano. «He encontrado una habitación muy rápido y compartiré piso con tres personas más por 200 euros mensuales», explica el joven, que asegura que es un buen precio si se comparan con los de Andalucía. Además, reconoce que hablará con el propietario para acordar qué hacer en caso de un nuevo confinamiento, porque en la anterior vivienda la siguieron pagando durante los tres meses de estado de alarma sin vivir allí.

Otra joven que busca piso en Tarragona es Pilar Rastoll, de Alicante. Estudiará Enfermería y explica que está buscando piso a través de diferentes plataformas de Facebook y páginas web, y este fin de semana vendrá a la ciudad para ver ya algunas habitaciones que le han gustado. «El precio no baja de 200 euros compartiendo casa con dos o tres personas más», asegura Rastoll, que indica que, contando los costes de luz, agua e Internet, sube a 220 o 250, aproximadamente. De momento está hablando con un chico de Girona y dos de Tarragona para ir a vivir con ellos, y comenta que hablará con los inquilinospara asegurarse de que queda claro que harán en caso de confinamiento o de restricciones de movilidad entre comunidades autónomas. «Quiero saber dónde me meto y las garantías que tengo», señala Rastoll.

El problema de un posible nuevo confinamiento preocupa principalmente a los estudiantes que vienen de fuera, ya que, si este se alarga mucho, querrán volver a su casa pero no tener que seguir pagando por una habitación que no utilizan. Javi Villalobos piensa eso mismo, aunque reconoce que, «si nos encierran por poco tiempo, quizás no sale a cuenta volver a casa, habría que valorarlo». El joven malagueño hará este curso 2020/21 el master de Arqueología del Cuaternario y Evolución Humana en la URV y, con un amigo suyo, busca piso en Tarragona. «Nos han recomendado la zona del Eixample, la plaza del mercado, la Parte Alta o Sant Pere i Sant Pau, que está un poco más alejado pero cerca del centro de investigación del IPHES,» explica Villalobos. Su idea no es compartir piso con mucha gente, sino encontrar uno para ellos dos y que no supere los 500 euros al mes.

El joven andaluz y su compañero hace poco que buscan vivienda en la ciudad y todavía no han encontrado nada, pero asegura que «por lo que he visto no son muy caros los alquileres en Tarragona, en Barcelona deben subir mucho más y en Málaga también son más caros».