Fiestas
Velas en Sant Magí para recuperar la normalidad robada por el coronavirus
Tarragona ha vivido una festividad de fiesta mayor atípica, cargada de emoción y con actos simbólicos para celebrar la jornada a pesar de las obligadas limitaciones
Si bien el 19 de agosto de esta 2020 Tarragona ha tenido que celebrar una festividad de Sant Magí bien diferente de la conocida hasta ahora, el calor que ha inundado la ciudad ha sido el de cada año. Además, esta sensación se multiplicaba con la mascarilla puesta, pero los tarraconenses no han desperdiciado la oportunidad para celebrar la jornada a pesar de las limitaciones impuestas por la pandemia de la covid-19.
El virus, de hecho, ha estado en la mente de los más fieles a la hora de llevar una vela a la imagen de Sant Magí situada en el Portal del Carro, acompañada del deseo de volver a la normalidad cuanto antes mejor y del recuerdo de aquellos que se han quedado por el camino. Rosa Bigorra, una de las encargadas de vender las lamparillas, hacía justicia a estas palabras y confirmaba que «este año hay mucha gente porque tienen la necesidad de pedir mucho y rogar mucho para que las cosas se solucionen». En la misma línea, Sílvia Señorena, que acababa de dar su vela para que una voluntaria lo encendiera delante del santo, explicaba emocionada que «son unas fiestas muy diferentes pero tenemos que seguir la tradición poniendo la lamparilla, este año pidiendo que todo vuelva a la normalidad, que el problema de la covid-19 se vaya solucionando porque ya ha sido muy duro y hemos sufrido pérdidas próximas y lejanas».
Los castells, como no podía ser de otra manera, tampoco podían faltar por Sant Magí. Evidentemente, no se ha podido disfrutar de las espectaculares estructuras humanas, pero se ha hecho un acto simbólico para celebrar la festividad. Los caps de colla, los presidentes y dos pequeños de cada entidad han entrado en la plaza de las Cols al toque de las grajillas y los tambores, y con el aplauso del centenar de personas con sus mascarillas que no se han querido perder el momento. Acto seguido, los más menudos de cada grupo han entrado con un ramo de globo de helio y al soltarlos han teñido de los colores castellers de la ciudad el cielo de Tarragona.
«Esta festividad nos deja una sensación ambivalente porque nos gustaría celebrar Sant Magí con toda su plenitud, pero a la vez una sensación de mucho agradecimiento a las muchísimas entidades que están haciendo que sea una jornada muy especial, tenía que ser un Sant Magí para recordar y todo el mundo está haciendo lo posible para que así sea», comentaba el alcalde y conseller de Cultura de Tarragona, Pau Ricomà.
Por su parte, Alfredo González, cap de colla de los Xiquetsde Tarragona, defendía que «teníamos claro que la plaza de las Cols no podía quedar vacía en el día de nuestro patrón» y ha asegurado que «la entrada en la plaza es siempre muy especial, pero en la situación que estamos ha hecho que sea todavía más emotivo». En la misma línea, David Borràs, cocap de la colla Xiquets del Serrallo, ha celebrado que «hemos tocado el cielo con el globo y hemos vivido con nostalgia esta festividad de Sant Magí y con muchas ganas de volver a hacer castells». Nil Martínez, el otro responsable de la entidad serrallenca ha manifestado que «este tipo de actos significan mucho y nosotros seguimos vivos, seguimos trabajando en proyectos, dentro del posible, y seguimos haciendo nuestro papel social de dinamizar al grupo y acercarla al barrio». Por su parte, el cap de colla de la Jovede Tarragona, Gorka Bertran, señalaba que «ha sido una muy buena iniciativa aunque haya sido una jornada extraña, porque entras en las Cols con la voluntad de hacer castells y eso este año no ha sido posible. Al menos hemos podido elevar los globos de cada grupo, que ha sido muy bonito y hemos vivido ua poco este Sant Magí casteller a pesar de las restricciones».
Iker y la Ivet, dos castellers de la Collade Sant Pere i Sant Pau, de 7 años los dos, aseguraban que «nos lo hemos pasado muy bien y nos ha gustado mucho» la manera de celebrar la festividad, aunque reconocen estar «muy tristes» de no poder hacer castells pero con muchas ganas de volver. Su cap de colla, David Lobo, explicaba que «más allá de no disponer de esta festividad es inevitable estar un poco angustiados y tristes, pero tenemos que ser conscientes de que la situación así lo requiere y tenemos que tratar de mantener, puertas adentro, esta latencia más bien social que técnica».
Tarragona ha podido disfrutar también de actos como las madrugadas, con un toque conjunto de los diferentes grupos de gralleros hacia las 9 de la mañana en la plaza de la Font y, acto seguido, se ha celebrado el OficiSolemne. La festividad ha contado también con la distribución del agua de Sant Magí a los ocho puntos de la ciudad establecidos. Finalmente, la jornada se ha cerrado con unos nuevos truenos, también en la plaza de la Rumba, a pesar de las advertencias de la peligrosidad por el mal estado de aquel tramo de la muralla romana por parte de la Reial Societat Arqueológica de Tarragona (RSAT).