Los vecinos evacuados por el incendio en la Vía Augusta podrán volver hoy a casa

Una veintena de vecinos del edificio número 26 de la Vía Augusta de Tarragona podrán volver hoy a sus casas después de ser desalojados el pasado lunes 17 de agosto, cuando un incendio en el 1.º 2ª puso en peligro el edificio y sus inquilinos. El fuego se declaró a hacia las 17.30 horas de la tarde y hasta el lugar de los hechos se desplazaron hasta nueve dotaciones de los Bombers de la Generalitat de Catalunya. Cinco de los vecinos se tuvieron que confinar a sus domicilios y el resto salieron del bloque por su propio pie y, afortunadamente, los efectivos del Servicio de Emergencias Médicas que acudieron al lugar de los hechos no tuvieron que atender a nadie. Al cabo de una hora los bomberos consiguieron estabilizar la situación.

Aunque la vivienda donde se originó el incendio se vio gravemente afectada por el fuego y tardará más días a ser habitable, el resto del edificio sólo sufrió la fundición de las cañerías de suministro de agua por el calor que provocó el incendio que subió por el agujero de la escalera. Estas cañerías se acabarán de arreglar y de empalmar nuevamente hoy y, por eso, a partir de las 15 horas de la tarde los vecinos podrán volver.

Los operarios, sin embargo, los han advertido que una vez lleguen tendrán que abrir el paso de agua en su piso y verificar que le llega el suministro a su domicilio y, en caso de que haya algún problema, los trabajadores del seguro lo solucionarán en el momento. No obstante, las obras de reparación de las partes más afectadas por el fuego seguirán durando las próximas semanas.

Según explica el vicepresidente de la escalera|escala, Josep Xavier Esquirol, los vecinos se asustaron mucho al ver el fuego. Explica, sin embargo, que él se había marchado aquel lunes por la mañana al Pirineo y, a las 18 de la tarde, le llamó el presidente del bloque comentándole que estaba en casa confinado a causa del accidente. «Bajé al día siguiente por la mañana y entramos con los bomberos a nuestras casas para coger ropa y todo aquello de más necesidad», recuerda Esquirol.

En su caso, acordó con su seguro privado que iría a pasar las noches en un hotel, «que fuera un poco económico, nada del otro mundo» y cuando se marche los pasará la factura. Sin embargo, remarca que «sólo se han hecho cargo de la habitación, para comer y cenar me he tenido que buscar las cosquillas». Explica que el resto de vecinos también se han tenido que espabilar, yendo a hoteles y hostales o a casa de familiares y amigos. Finalmente, Esquirol reconoce que «tenemos muchas ganas de volver, ya se sabe que como en casa, en ningún sitio».