Economía
Un informe de la URV prevé un escenario incierto y una situación «conflictiva» de la economía tarraconense
El estudio apunta que si no hay un control sobre la covid-19 pronto la crisis se puede alargar hasta el 2024
El informe sobre coyuntura económica del segundo trimestre del 2020 en la demarcación de Tarragona elaborado por la Cátedra para el Fomento de la Innovación Empresarial de la Universitat Rovira i Virgili (URV) prevé un escenario incierto y una situación «conflictiva» de la economía tarraconense a medio plazo. Según los autores del estudio, si no hay un control del coronavirus en los próximos meses y en el 2021 se alarga la tendencia a la baja del 2020, la recuperación económica puede retrasarse hasta el 2024. La caída más pronunciada del paro en las comarcas tarraconenses respecto del resto de Cataluña, causada por una estructura del mercado laboral menos consolidada, hará que la recuperación sea más complicada.
El informe lo ha presentado Joaquim Margalef, economista de la cátedra y autor del estudio, que ha afirmado que «la situación no es buena». «Nunca se había visto una caída del PIB de estas características en dos o tres meses», ha señalado, en referencia a la bajada de un 15,6% intertrimestral en Cataluña. Y ha alertado: «Si hay un rebrote fuerte el 2021, la caída se alargará hasta el 2024».
En cuanto a la capacidad productiva, «un concepto que no es el PIB, pero se asemeja», el descenso en la demarcación ha sido de un 23,89% el segundo trimestre. Por áreas, cae más el Camp de Tarragona (-24,31%) que las Terres de l'Ebre (-21,91%). Aun así, por comarcas, el Tarragonès ha aguantado mejor por la gran industria, que ha mantenido la actividad. Pero en otras áreas con una industria menos potente, como el Alt Camp (-28,82%) o la Conca de Barberà (-33,02%), el descenso ha estado más marcado. También ha sufrido especialmente el Baix Penedès (-34,30%), por reducción en los servicios. En el Ebro, el Baix Ebre es la comarca más castigada (-22,38%), mientras que en la Terra Alta y a la Ribera d'Ebre la actividad primaria y las centrales eléctricas han permitido parar mejor el golpe, con una reducción de un 14%.
Fuerte caída del paro
El economista ha expuesto que en el segundo trimestre de este año, el paro registrado en la demarcación ha crecido un 42,15% respecto el mismo periodo del 2019. En concreto, en el Camp de Tarragona ha sido un 44,96%, mientras que en las Terres de l'Ebre ha sido un 31,48%. En su opinión, la diferencia se explica por el impacto que tiene el sector primario en las comarcas ebrenses, que ha dado cierta estabilidad laboral, mientras que en la Costa Dorada el golpe que se ha llevado el turismo ha hecho que mucha gente haya entrado en el paro. La crisis en el sector turístico también ha hecho que muchas personas no hayan tenido derecho a un ERTE, puesto que al ser fijos discontinuos no fueron contratados al inicio de la temporada, hecho que ha repercutido en una tasa de paro superior. En Cataluña, el crecimiento del paro entre marzo y junio fue del 35,76%.
La crisis económica derivada de la covid-19 también ha repercutido en la contratación laboral, que en el primer semestre ha caído un 37,59% en la demarcación respecto el mismo periodo del año pasado. Las comarcas más afectadas han sido el Tarragonès, el Baix Camp y la Conca de Barberà. Paralelamente, cerca de 55.000 personas se han visto afectadas por un ERTE. Margalef ha avisado que «en junio los ERE se han disparado», puesto que en muchas empresas los ERTE del mes de marzo han acabado desembocando en ERE unos meses después.
En relación a los precios, el IPC bajó un 1,2% en junio por el descenso del precio del petróleo. Aun así, hay sectores con incrementos, como la alimentación, bebidas alcohólicas, moda, calzado, comunicaciones, enseñanza o restauración. Con todo, los depósitos bancarios se han incrementado: «Ha habido más ahorro por cierto miedo, pero no hay expectativas de inversión», ha señalado Margalef. En cambio, el crédito hipotecario ha caído «de una manera impactante». «Desde febrero casi que no se han hecho hipotecas. Y las que se han hecho tienen una participación crediticia inferior a la media catalana», ha concretado el economista.
Finalmente, el comercio exterior tampoco se ha escapado de la tendencia general. Las exportaciones y las importaciones han caído de la orden del 25% interanual. Y también en esta variable, la demarcación ha sufrido más que el resto de Cataluña. En mayo las exportaciones en la zona cayeron un 24,93%, en relación interanual, mientras que las importaciones disminuyeron un 25,34%. Según Margalef, el descenso más relevante en la zona ha sido en la actividad exportadora de los productos industriales, tanto energéticos como químicos.