Diari Més

Restauración

En Coimbra, tradición en el corazón de Tarragona

Lola Membrive es al frente del popular local de la calle del Governador González

Lola Membrive, propietaria del gastrobar, este jueves.

En|A el Coimbra, tradición en el corazón|coro de TarragonaOlívia Molet

Publicado por

Creado:

Actualizado:

«Hace unos ocho años empecé a venir al Coimbra y desde el primer día me aquí. No sé qué tenía este local, que me encantó y me atrapó,» explica Lola Membrive. Ella es, junto con su pareja Juan Aranda, la actual propietaria de el Coimbra, uno de los locales con más tradición en la ciudad de Tarragona.

Ya hace seis años que tomaron el relevo a los anteriores propietarios y trabajan junto con sus hijos Sofía y Juanma, que les echan una mano. Después de hacer «un lavado de cara» que sirvió para dar más luz y protagonismo a materiales como la piedra y la madera, Lola cogió las riendas de la cocina para preparar las especialidades que la han hecho tan famosa. «Mi familia es almeriense y mis padres eran muy buenos cocineros, así que he mamado siempre la cocina, además que es algo que me gusta mucho», explica.

Entre las especialidades de Lola llama la atención el lagarto ibérico (carne de cerdo ibérico), uno de los platos estrella de la casa, pero sin dejar atrás una lista extensa de sugerencias de tapas y raciones. Tanto, que los clientes que llegan por primera vez a menudo se tienen que dejar llevar. Lola explica que a veces les vienen tripulaciones de los barcos y les piden que les ponga una selección de lo que tienen: «Yo les sirvo lagarto, bravas, sevillanos, cazón, tortitas de camarón… un poco de todo. Y muchas veces nos encontramos que vuelven al día siguiente y nos piden lo mismo porque les ha encantado».

Junto con los clientes que vienen por primera vez, o los turistas de origen local o estatal, que también son bastantes, el Coimbra también tiene una gran familia de clientes de siempre, padres, hijos y nietos que tienen en el bar un punto de encuentro habitual. «Cuando cogimos el local sabíamos que era un establecimiento mítico en la ciudad. Los clientes que siguen viniendo me transmiten que todo aquello todavía sigue», explica Lola.

Presencia constante

La clave para que el negocio funcione, asegura la propietaria, es «que el dueño tiene que estar siempre, desde que abre el bar hasta que cierra. Y estar para el cliente, atenderlo, mimarlo, que le expliques lo que tienes o que aquel plato lo has cocinado pensando en él». Ahora, pasado el confinamiento, y después de tener dos meses cerrado, Lola admite que el cliente ha cambiado un poco: «la gente viene, pero con un poco de miedo. No es como antes, cuando llegábamos a tener hasta tres filas de gente detrás la barra. La verdad es que echo un poco de menos aquella presión, aquella fuerza».

La propietaria del Coimbra señala que el cierre a causa del estado de alarma «fue muy duro porque estábamos en la cima, trabajando mucho de lunes a domingo, y de sopetón nos vino aquello». De momento están trabajando en el interior del local y con mesas en la calle, pero con la incertidumbre de no saber qué pasará cuando llegue el invierno. «Lo más importante, sin embargo, es que seguimos con muchas ganas de estar», asegura rotunda.

Interior del local tarraconense.

En|A el Coimbra, tradición en el corazón|coro de TarragonaOlívia Molet

tracking