Solidaridad
Acoger a los sin techo en el Serrallo durante el confinamiento costó 188.779 euros
El Ayuntamiento ha liquidado el importe del contrato a la Cruz Roja, la cual se encargó de atender a 121 personas sin hogar de Tarragona y otros municipios
Pocos días después de que se decretara el estado de alarma por la pandemia del coronavirus, junto con el confinamiento de toda la población, el InstitutMunicipal de Serveis Socials (IMSS) de Tarragona contrató verbalmente a la Cruz Roja para llevar a cabo el servicio de atención y alojamiento a los sin techo de la ciudad. Por eso se habilitó el pabellón del Serrallo donde, en un primer momento, se instalaron una treintena sin embargo, días después, llegó a llenar las cincuenta plazas de capacidad máxima. El coste total de este contrato ha sido de 188.779 euros.
El 27 de abril de 2020, el gerente del IMSS emitió un informe por el cual exponía que «el recurso del pabellón deportivo del Serrallo se ha puesto en funcionamiento para garantizar la atención a personas en situación de sensellarisme en el contexto de activación de la Fase de prevención y contingencia ante el impacto de la covid-19 del Plan PROCICAT, de acuerdo con las medidas de alerta epidemiológica y de distanciamiento social tomadas por la autoridad sanitaria».
Ahora se ha hecho oficial la adjudicación del contrato por parte del IMSS a la Cruz Roja por un importe total de 188.779 euros, por haber acogido y haber atendido a un total de 121 personas sin hogar desde el 18 de marzo hasta el 19 de junio. La cifra supera la capacidad máxima porque, según fuentes de la Cruz Roja de Tarragona, las personas atendidas fueron eructando, es decir, que algunas sólo estaban pocos días y venían nuevas. En todo caso, aseguran que estuvieron desde el principio al 100% de ocupación. De esta manera se hace muy complicado hacer el cálculo de cuánto dinero costó acoger a cada sin techo en el pabellón.
En este contrato, sin embargo, no entra el coste de las comidas y las cenas durante los tres meses, ya que estos fueron a cargo del Comedor Social Juventuti Vida de Bonavista. Así pues, los servicios prestados por la Cruz Roja fueron los desayunos, el servicio de lavandería así como el suministro de camas, mantas, sábanas y otros materiales para dormir, la higiene diaria de los sin techo y, finalmente, el material de prevención de contagio que era, básicamente, mascarillas, gel hidroalcohólico y guantes. Desde la Cruz Roja explican también que una parte del coste total fue destinado a la contratación de personal, además de los 15 voluntarios que ayudaron durante todo el periodo de acogida. La entidad contrató, concretamente, a cuatro educadores, que trabajaron mañana, tarde y noche, por turnos, una persona encargada de la logística y una persona coordinadora de todo el personal.
Por otra parte, desde la Cruz Roja aseguran también que dieron apoyo a la regularización administrativa de algunos de los sin techo, así como se dio la opción, a aquellos que lo quisieran, de dar clases de lengua castellana y hacer actividades ludicoculturales. «Un poco más allá de la propia cuestión de estar allí, se trató de ofrecer actividades y alternativas para que la estancia en el pabellón durante los tres meses fuera lo más fácil posible, dentro de las circunstancias,» aseguran desde la organización solidaria. De hecho, una decena de las personas sin hogar que pasaron el confinamiento en las instalaciones deportivas del Serrallo acabaron encontrando trabajo vinculado al trabajo del campo, con intermediación de empresas vinculadas al sector y la Cruz Roja.
Saturación en la acogida
El recurso para dar techo a estas personas por parte del IMSS fue, evidentemente, muy bien recibida por los indigentes, hasta el punto que el pabellón se vio saturado y no pudo acoger más interesados. El IMSS ofreció entonces algunas habitaciones de diferentes hostales de la ciudad donde se alojaron unas cuantas personas más. De hecho, en declaraciones a este medio, el alcalde de Tarragona, Pau Ricomà, aseguró que habían venido sin techo de otros municipios donde no se había pensado en ellos como sí que se hizo aquí. En este sentido, defendió que no se negaría alojamiento a ninguna persona necesitada pero pidió al resto de ayuntamientos que tomaran medidas en la misma línea.